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En su carrera política, Donald Trump, recién elegido 45 Presidente de los Estados Unidos de América, ha contado la colaboración al completo de su familia. Su mujer, Melania Trump, y sus cinco hijos –los tres mayores altos cargos de su organización- se han puesto a su disposición para hacer campaña, conceder entrevistas, dar mítines o asistir a ruedas de prensa a lo largo y ancho del país. Escoltado por los suyos y dando la imagen de un hombre eminentemente familiar, el magnate ha alcanzado el triunfo y Primera Dama no hay más que una, pero ¿tendrán sus “ex” un hueco en la Casa Blanca?
Desde que mostró su intención de presentarse a estas elecciones hasta sus primeras palabras como presidente electo, Donald Trump o su entorno no deja de sorprender. La última en tomar protagonismo ha sido su primera mujer, Ivana Trump, que se pone a su disposición para ejercer de embajadora en la República Checa.
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“Le voy a sugerir que yo sea la embajadora en la República Checa”, ha afirmado la propia Ivana a New York Post. “Es de donde soy, es mi lengua y todo el mundo me conoce. Yo soy bastante conocida en todo el mundo, no solo en América. He escrito tres libros que han publicado en cuarenta países y veinticinco idiomas. Yo soy conocida por el nombre de Ivana, realmente no necesito el apellido Trump”, cuenta Ivana en una entrevista plagada sobre el padre de sus tres hijos, Ivanka, Donald Jr y Eric –a los que ya ve como parte del gabinete de trabajo del Presidente.
A la vez que asegura que no siente “envidia” por Melania en su papel de Primera Dama y opina que la Torre Trump –a la que se refiere como su casa- “es mucho mejor que Casa Blanca”, Ivana se deshace en halagos con el nuevo mandatario. “Donald es como el buen vino francés. A él no le gusta que le muevan o estar viajando. En los últimos 18 meses ha viajado más que en toda su vida, gracias a Dios que tiene su avión privado, pero aún con todo ha sido brutal. No creo que esto mejore ahora, empeorará estando en la Casa Blanca”, opina Ivana sobre el reto que afronta ahora su ex.
Viendo las amables palabras que dedica a su ex, lejos queda ese multimillonario y polémico divorcio que dio la vuelta al mundo a principios de los noventa. De hecho, el pasado septiembre un juez de Nueva York rechazó la petición de algunos medios de hacer público el acuerdo completo de divorcio, destacando que Trump era candidato a un puesto público pero no Ivana, que interpuso un recurso legal oponiéndose a que estos documentos vieran la luz en plena carrera de su ex a la Casa Blanca.
Durante su divorcio, en 1992, se dijo que había sido la presunta infidelidad de Trump con Marla Maples –madre de su hija Tiffany- la que había dinamitó el matrimonio e hizo que Ivana tomara las riendas de la separación. Hablando en cifras: el magnate tuvo que pagar a su esposa veinticinco millones de dólares, de los cuales se le exigieron diez en efectivo. Ella alegó un “trato cruel e inhumano” y se posicionó como paradigma de mujer abandonada publicando varios libros con consejos y consultoría sentimental como Lo mejor está por llegar: Cómo lidiar con el divorcio y disfrutar otra vez de la vida, Solo por amor o Libre para amar. ¿Considerará ahora Trump su ofrecimiento para servirle de embajadora?
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El caso de su segunda mujer, Marla Maples, es distinto, ya que aunque no “se ha mojado” directamente en la carrera política de Trump, sí que ha alabado la labor que hacía su hija Tiffany en la campaña de su padre o las citas a las que asistía junto a Ivanka. Algunos medios del país, han destacado también como esta actriz, compositora y personaje de televisión –participó entre otros programas en la versión americana de ¡Mira quién baila!- ha hecho coincidir el lanzamiento de su nueva web personal con las elecciones. Casualidad o no, por el momento Marla parece seguir encaminando sus pasos hacía el espectáculo y la promoción de la vida sana.
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