Dos años han tenido que pasar para que los seguidores de Isabel Pantoja la vuelvan a ver –y sobre todo la vuelvan a oír- en un escenario. Su reaparición -después de cerrar uno de los capítulos más amargos de su vida- ha causado la máxima expectación, se ha convertido en trending topic en Twitter y ha sido seguido en directo desde distintas partes del mundo desde su propia página web. La artista preparó este regreso con mimo y se subió al escenario del Teatro Real Carlos III de Aranjuez de Madrid, acompañada por una orquesta sinfónica con ochenta y tres músicos, para dar su primer concierto después de conseguir la libertad.
El primer aplauso de la noche llegó cuando el Presidente de Universal Music, Narcis Rebollo, nombró a Juan Gabriel, que estaba previsto que estuviera esta noche junto a Isabel Pantoja y falleció el pasado verano durante una gira en Estados Unidos. Así la velada ya ha comenzado con un tono emocionado y con el recuerdo del artista mexicano muy presente. Rebollo dio paso a la proyección de un cuidado vídeo en el que Isabel respondía a una serie de preguntas que el propio artista tenía planeado hacer a su amiga en directo.
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Preguntas personales y profesionales seguidas de un mensaje de Isabel Pantoja para él, con el que la artista no pudo reprimir sus lágrimas: "No quiero que se lance este disco sin que con mi corazón y mi alma den las gracias a ti: Juan Gabriel. Voy a tratar de que estas canciones me salgan como tu quisieras y esto va por ti porque no he tenido la oportunidad de decírtelo en persona… Con todo mi amor para ti, Juan Gabriel, Hasta que se apague el sol”.
Acto seguido el telón se levantó y ante lo que parecía ser un un cielo estrellado, vestida de blanco de inspiración mexicana -igual que en la portada de su disco- y visiblemente emocionada ante la ovación recibida, Isabel Pantoja hizo su esperada reaparición. El público coreó su nombre sin parar y con la fuerza que le caracteriza con un micrófono en la mano ha empezado el concierto con Del olvido al no me acuerdo. Una canción que contiene un verso que forma parte de la historia del música: "Se me olvidó otra vez que solo yo te quise". Un verso creado por Juan Gabriel en 1974 en la canción Se me olvidó otra vez, un éxito eterno cantado por numerosos artistas y al que Isabel Pantoja ha hecho un guiño jugando con los recuerdos y los olvidos.
Mensajes muy significativos cuando la artista efectivamente tiene buenos recuerdos, algunos recientes como la boda de su hijo Kiko Rivera con Irene Rosales, y otros momentos para olvidar, como los dos años de prisión que le impuso la Audiencia de Málaga por blanqueo de capitales. Un capítulo de su vida que quedó cerrado el pasado el 28 de octubre, cuando firmó el documento que certificaba que es una mujer libre.
Con una lluvia de claveles y el público puesto en pie después de su segundo tema de la noche, llegó la canción que le da título al álbum: Hasta que se apague el sol. “¿Qué es el sol para ti?”, le preguntaba su amigo Juan Gabriel en el vídeo previo a la actuación. “Absolutamente necesario para vivir”, respondió ella.
“¿Qué te gusta más abrazar o que te abracen?”. Esta era otra de las preguntas que Alberto Aguilera –este era el nombre real de Juan Gabriel- hacía a Isabel como preludio a esta actuación y ella confesaba: “A mí me encanta abrazar, pero también me gusta que me abracen, es necesario”. Y es que Abrázame muy fuerte es otra de las canciones de su nuevo disco y el cuarto tema que sonó esta noche en Aranjuez, en un teatro que el frío no impidió que se viera rodeado de fans desde primera hora de la tarde.
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Con No me dejes nunca llegó uno de los momentos más emotivos de la noche, para el público y para la familia, que luchó también para reprimir las lágrimas, como confirmó la propia Anabel Pantoja al salir del teatro. La quinta canción Isabel Pantoja se la dedicó a su madre, doña Ana, que se encontraba en el palco principal junto a Kiko Rivera e Irene Rosales. "No me dejes nunca, nunca mamá, te lo pido por favor. Ser muy fuerte es tu virtud", cantó la artista buscando a su madre con la mirada. Doña Ana, que en los últimos tiempos apenas sale de la finca Cantora por su delicado estado de salud, había sido de las primeras en llegar esa tarde al teatro de Aranjuez y lo había hecho en una silla de ruedas empujada por su hijo, Agustín Pantoja.
Hasta que te conocí -que habla de mentiras, traiciones y de un amor entregado- Isabel Pantoja cerró un concierto con el que ha calentado motores de cara a una gira que de momento le llevará a Madrid, Barcelona y Sevilla. "Gracias a todos, gracias, ha sido un honor... Hasta que se apague el sol, hasta entonces estaremos con vosotros. Gracias al mundo, gracias de corazón. ¡Arriba esas palmas! ¡Todos!", ha dicho animando a un público totalmente entregado y con un moviendo de cola de su vestido ha desapareció del escenario.
Aunque el público coreó su nombre, una vez cerrado el telón a la espera de que la artista les regalara un bis o unas últimas palabras, lo cierto es que esa despedida efectivamente era el punto y final de una actuación en la que estuvo arropada por los suyos. Además de algunas caras conocidas de los medios de comunicación.
Mucha emoción y muchos nervios en una noche especialmente intensa para Isabel Pantoja. "¿Qué haces para conciliar el sueño?", le preguntaba su amigo en el vídeo. "Hay noches que después de trabajar la adrenalina me impide a dormir...", confesaba ella. Este jueves 10 de noviembre -cuando faltaban horas de que su prolífica carrera sumara un nuevo disco en el mercado- sin duda podría ser una noche de esas.
Aunque la cita ha estado plagada de recuerdos y detalles, para terminar una reflexión de la propia artista que sufre el peligro de verse diluida ante la intensidad de esta velada. Una reflexión que la propia Isabel Pantoja -que en los últimos meses ha medido sus apariciones en público con cuentagotas- hacía en el vídeo que soñó compartir con Juan Gabriel. "¿Cuántas Isabel Pantoja hay?”, preguntaba el mexicano. “Mi madre parió una –dijo ella con una sonrisa- pero yo pienso que hay bastantes porque cada persona me conoce o me ve de una manera distinta, pero haber… solo hay una”.