Entramos en el impresionante ático en el que vive el presidente electo de EEUU
Melania y Donald Trump viven casi en las nubes. Al menos ésta es la impresión que recibes, dadas las increíbles vistas desde el ático en Manhattan, en el piso 66 de la Trump Tower de Nueva York con increíbles vistas de la ciudad y Central Park a sus pies. En él viven Donald, Melania y el hijo de ambos, Barron. A la alta ex modelo, nacida eslovena, no parece afectarla la grandeza de su estilo de vida de lujo. A pesar de sus espectaculares joyas, sus fabulosos trajes de alta costura y los cientos de pares de zapatos de diseño, ella asegura tener los pies muy en la tierra. Posee un sentido muy claro de sus papeles en la vida y de sus prioridades, tal y como confesó a la revista ¡HOLA! antes de convertirse en la esposa de Donald Trump, uno de los hombres más ricos y el actual presidente electo de Estados Unidos.
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En la mansión que ocupa el matrimonio Trump cada uno tiene su suite privada, con cuarto de baño, un vestidor y un amplio guardarropa, y el de Melania es una fantasía de una entusiasta de la moda. La antaño Melania Knauss, que comenzó haciendo de modelo en Eslovenia, cuando tenía dieciséis años, y que luego trabajó en París y Milán, antes de mudarse a Nueva York, en 1996, siente pasión por la moda. Ella empezó diseñando joyas y relojes porque sus propias piezas la hacen sentirse tan especial y hermosa que quiso que otras mujeres se sintieran igual. Pese a su opulento estilo de vida, Melania asegura que “el dinero te da la libertad, pero no necesariamente la felicidad”.
El ático-duplex de los Trump, al que se entra por unas sólidas puertas dobles de bronce, irradia opulencia. Su lujoso interior, de mármol, está decorado al estilo Luis XIV, y la escalera que conduce al piso de arriba hace alarde de un impresionante mural neoclásico, una de las varias pinturas hechas para los Trump como regalo por artistas de todo el mundo. En el techo de su salón poseen una copia de los frescos de Miguel Angel en la Capilla Sixtina, en el Vaticano. Los relojes y jarrones que se ven en el vestíbulo son antigüedades de Francia del siglo XVII, algunos de los varios objetos refinados coleccionados por el magnate. La opulencia y la suntuosidad están presentes en cada rincón de la casa, donde las valiosas antigüedades, dorados, bronces y pan de oro son los auténticos reyes de la decoración.