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El próximo día 3 de noviembre Julio Iglesias Jr. y su mujer Charisse brindarán por algo muy especial. ¿El motivo? Su cuarto aniversario de boda, un día en el que seguro que muchos recuerdos volverán a su memoria de aquel “sí quiero”. Fue en el año 2012 cuando la pareja celebró, acompañada de amigos y familiares, su enlace en el Palacio El Rincón, propiedad del marqués de Griñón, padre de Tamara. Las imágenes y todos los detalles y anécdotas de la celebración se publicaron en las páginas de la revista ¡HOLA!, que mostró la gran felicidad de los novios.
“Charisse ha nacido para ser mi mujer. Tiene todo lo que pueda soñar” decía entonces Julio Iglesias Jr. sobre la mujer de su vida, con la que llevaba saliendo ocho años. La novia estaba radiante con un vestido de Manuel Mota para Pronovias, un modelo de línea evasé, con un velo de cuatro metros en tul de seda rematado a mano con el mismo encaje del vestido. El modelo se componía de un forreau de encaje de Chantilly sobre el que llevaba una falda de talle imperio con bordado artesanal en cristal con motivos de hojas y guirnaldas. La sobrefalda, realizada en encaje, llevaba guirnaldas ascendentes.
Antes de sorprender a sus invitados y futuro marido con este vestido, Charisse recibió la visita de Isabel Preysler, que le dedicó unas palabras llenas de cariño. Isabel, que en aquel enlace ejerció por primera vez de madrina, deslumbró con un vestido en chiffon de seda en royal blue bordado con paillettes de Manuel Mota. En un día así, no faltó Julio Iglesias que compartió la felicidad de su hijo. Sentado con Chábeli y Beatriz Arrastía de Preysler, madre de Isabel, fue testigo de esta romántica ceremonia y se reencontró con Isabel Preysler, después de siete años sin verse. “Afortunadamente, nos llevamos muy bien y todo transcurrió estupendamente” comentó entonces la madrina.
Se vivieron momentos de mucha emoción como las palabras que Julio dedicó a Charisse nada más verla. “Eres la novia más guapa del mundo” le susurró al oído. Ni el novio ni la madrina pudieron evitar en algunos momentos las lágrimas de emoción, tal era el sentimiento que les embargaba aquel día. “¡No he parado de llorar!” confesó Isabel. Ana y Tamara ejercieron como damas de honor ayudando a la novia con su velo y haciendo algunas de las lecturas de la misa. Las dos brillaron y destacaron por su elegancia, cada una en su estilo.
Un gran aplauso, un beso de película, miradas cómplices... el enlace de Julio y Charisse fue una fiesta llena de detalles románticos y personales, hechos a medida por los novios, como el pañuelo bordado que Charisse envió a su marido o la medalla que regalaron a todos los invitados. En el pañuelo había un mensaje para Julio: “A mi marido. Hoy me caso con el amor de mi vida y el hombre de mis sueños, con el que me rio y para quien vivo. Baby, te quiero para siempre. Tu esposa, Charisse”.
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Tras la ceremonia, llegó el banquete y la fiesta para la que Charisse se cambió de vestido y se puso un espectacular modelo de Manuel Mota, con la espalda transparente y cinco mil láminas de nácar esculpiendo su cuerpo. El baile de los recién casados inauguró una pista que luego acogió otras parejas como, no podía ser menos, la formada por el novio y la madrina. Un día inolvidable del que se cumplen cuatro años, un álbum de recuerdos que fueron solo el principio de una nueva vida que ha continuado llena de amor y por la que brindarán de nuevo juntos. ¡Felicidades!
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