Los mejores momentos del reencuentro de OT
Tras vivir el mayor fenómeno televisivo de la historia, los dieciséis concursantes de la primera edición de Operación Triunfo han vuelto a reencontrarse para celebrar el 15º aniversario del talent show. Algunos han triunfado en el mundo de la música, otros quizá no tanto, pero la esencia del programa volvió a nacer en la primera entrega del documental OT: El reencuentro que se emitió ayer por la noche con un récord de audiencia Rosa, Bustamante, Bisbal, Chenoa, Alex… se reunieron en una casa rural para recordar las anécdotas que se vivieron en la Academia y demostraron el buen rollo que sigue existiendo entre ellos pese al tiempo transcurrido. Risas, llantos, anécdotas y mucha emoción. Este reencuentro ha dejado numerosos momentos estelares.
A lo largo del programa todos interpretaron alguna de las canciones que cantaron entonces junto a sus compañeros. Todos a excepción de Juan Camus, que fue el único en el reencuentro que no actuó. Una de las actuaciones más emotivas de la noche fue la canción de Sueña interpretada por Rosa y Chenoa. La ganadora de OT no pudo evitar las lágrimas y se abrazó a Chenoa llorando desconsoladamente. Bisbal reaccionó inmediatamente y abrazó a Rosa mientras a su lado, Chenoa, también se hacía en un mar de lágrimas y no recibía el abrazo de él sino el del resto de sus compañeros.
Rosa López recordó durante el programa que lo pasó mal: “Yo tenía 20 años, pero mi cabeza era de 13 años. Tenía miedo porque no sabía qué iba a pasar con mi vida, no estaba preparada ni emocional, ni cultural y psicológicamente. No había por dónde cogerme. Y todas las cosas que me habían enseñado mis padres ya no valían para nada en la vida que me estaba tocando vivir. Sé que tendría que alegrarme por la evolución de estos años, pero no me puedo ver en los vídeos de OT1, me choca mucho, me enfado al verme así”, confesó.
Geno Machado, la primera expulsada del concurso, admitió que su marcha “fue como el hundimiento del Titanic. Yo estaba viviendo todo con tanta intensidad, que el momento en que me dicen que me voy lo tengo grabado en mi memoria”, explicó y recordó que atravesó una época difícil.“Tuve un momento de crisis, yo tocaba puertas y al ser triunfita me las cerraban. Sufrí un desamor con la música, toqué fondo. Estar abajo después de estar tan alto te hace ser humilde. Resurgí y luché porque esto es lo mío. El éxito no es vender un millón de discos o tener dinero, es ir feliz a trabajar cada mañana, y eso lo he conseguido". Geno decidió utilizar todo lo aprendido en la Academia de OT y ponerlo en marcha en su propia academia musical en Marbella. "Estoy encantada de poder enseñar y ofrecer todo lo que tengo. Me encantan los niños y he podido realizar uno de mis sueños”.
Otra de las confesiones que llamó más la atención fue la de Álex Casademunt, que comentó que “algunos nos sentíamos menos queridos que el resto. Y claro que había favoritos. A David Bisbal le estaban haciendo un disco como anillo al dedo y a mí me hicieron entrar en un cuartero -Fórmula Abierta-, cantando canciones que no entendía. Me estaba vendiendo y me dijeron que así tenía que ser", recordó. Casademunt también provocó momentos de risas entre sus compañeros al recordar el día en el que conoció a David Bisbal. Fue en uno de los últimos castings para entrar al programa y Casademunt vió a Bisbal solo en un rincón, algo preocupado porque estaba resfriado, "en cuantó hablé con él pensé que no iba a llegar a ningún lado".
Por último, Alejandro Parreño, uno de los participantes más desconocidos del concurso, aseguró que no ha tenido una vida fácil después de terminar el programa: "Musicalmente he tenido suerte, pero en la vida no. He tenido un palo muy duro que fue la muerte de mi hermano Gonzalo", dijo el exconcursante. "Mi hermano era como mi padre porque mi padre faltó cuando yo tenía 9 años y mi hermano fue un poco mi mentor" Por ello, Parreño asegura que este suceso hizo que no quisiera "saber nada ni de televisión ni de la música". Pese a todo, Alejandro que se hizo un tatuaje en honor a su hermano, intenta hacer frente su día a día con optimismo: "Cada vez que tengo un día malo miro el tatuaje de mi hermano y pienso que la vida son dos días".