La boda de Kiko Rivera e Irene Rosales ha sido un gran acontecimiento para la familia. Un día inolvidable repleto de momentos emotivos, instantes irrepetibles y muchas sorpresas. Te contamos cómo vivieron los protagonistas del enlace este esperado día en el que los novios pusieron el broche de oro a su historia de amor después de más de dos años de relación.
- Todos los detalles de la boda de Kiko Rivera e Irene Rosales
Kiko Rivera
En uno de los días más importantes de su vida, el novio comenzó la jornada haciendo frente a los últimos preparativos. Por la mañana, Kiko fue a retocarse la barba y también subió una imagen a las redes sociales en la que se le veía rodeado de algunos buenos amigos. "Hoy me caso", "nervios", reconocía en su perfil de Instagram. Posteriormente, el novio llegaba a la finca, con gafas de sol y gorra, y hacía su entrada en el interior de un vehículo, saludando a la prensa que se agolpaba en la inmediaciones.
Poco después de la comida, Kiko comenzaba a vestirse ante la atenta mirada de su madre, que le acompañó en este momento tan especial. Un percance hizo retrasar la boda, el primer hijo del DJ, Francisco, fruto de su relación con Jessica Bueno, no había llegado para la hora prevista de la ceremonia y el novio se negó a que esta comenzara hasta que estuviera el pequeño presente. Una vez se solucionó este imprevisto, el novio hacia su entrada en compañía de la madrina.
Kiko protagonizó uno de los momentos más emotivos de la ceremonia cuando entonó una canción dedicada a la novia. "Vive tu vida conmigo, en las buenas y en las malas estaré contigo", un extracto del tema compuesto para la mujer de su vida. No fue la única sorpresa que tenía preparada Kiko, además emocionó por completo a su madre cuando esta fue sorprenda con la actuación de un mariachi que cantó Amor eterno, un clásico de Juan Gabriel, gran amigo de la artista.
Tras el "sí, quiero", Kiko y su mujer fueron recibidos por fuegos artificiales al hacer su entrada antes de comenzar la cena. Un momento que estuvo acompañada de risas y muchos aplausos. Finalmente, los novios disfrutaron de una gran fiesta acorde al gran día que vivieron con sus familiares y amigos.
Irene Rosales
No hay novia que no ‘sufra’ en el día de su boda los nervios típicos ante tal acontecimiento, y, en el caso de Irene, la emoción apenas la dejó descansar durante la noche previa. Eso sí, la felicidad superaba a la tensión, tal y como demostraba su enorme sonrisa en las fotografías que fueron tomadas por la mañana, horas antes de la ceremonia. Irene salía de su domicilio con una pequeña maleta de color rosa y sus palabras que evidenciaban sus ganas de pronunciar el “sí, quiero”: “Vamos a pasarlo genial”, aseguraba.
Al mediodía, Irene aprovechó para pasar algo de tiempo con la madre del DJ, Isabel Pantoja. Las dos estuvieron comiendo en la Hacienda Los Parrales, donde no mucho más tarde Kiko e Irene se convertirían en marido y mujer. Pero tampoco pudieron entretenerse mucho: apenas faltaban unas horas para la boda.
Tal y como conocimos en exclusiva, Irene había diseñado para la ocasión, junto con la firma Uniqshoes, unos zapatos personalizados, con las palabras “Cuento de hadas” (la canción de Kiko) grabadas en la planta de uno de ellos y, en el otro, la fecha de la boda. El vestido que lució la novia fue el secreto mejor guardado incluso para sus hermanas. Irene no quería que lo vieran antes de la ceremonia, de modo que se vistió acompañada por dos de sus primas, de su misma edad. Su madre tampoco estuvo con ella en ese momento, ya que estaba cuidando a la pequeña Ana, la hija de Kiko e Irene.
Una vez lista, llegó la hora de desfilar ante su familia y amigos, todos reunidos para presenciar su entrada. Solo quedaba disfrutar el broche de oro para sus más de dos años de amor con Kiko y celebrarlo por todo lo alto con sus seres queridos.
- 'Vamos a pasarlo genial', asegura Irene Rosales horas antes de su boda
Se trataba de un día destacado para la artista, su hijo Kiko contraría matrimonio y ella contaba con un papel importante, ya que debía ejercer de madrina. Isabel Pantoja pasó la noche en un hotel de Sevilla y sobre las 13:00 horas llegó a la Hacienda Los Parrales donde se celebró el enlace. Tras almorzar con la novia, acompañó a su hijo en el momento en que este debía vestirse.
Posteriormente, la orgullosa madrina que estaba espectacular con un vestido en color coral y llevaba un precioso tocado en lugar de mantilla que no era ni blanco ni negro, acompañó a su hijo al altar. Fue un día de muchas emociones para la cantante, que tras un largo periodo de tiempo, se reencontraba con los hermanos Rivera.
Posteriormente, la artista fue sorprendida con la actuación de un mariachi que cantó Amor eterno, un clásico de Juan Gabriel, gran amigo de la artista. Una emotiva sorpresa con la que Kiko Rivera consiguió que su madre rompiera a llorar en un mar de lágrimas desde la primera nota.
- Isabel Pantoja comió con Irene Rosales horas antes del 'sí, quiero'
- Isabel Pantoja comió con Irene Rosales horas antes del 'sí, quiero'
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Días antes de la ceremonia, Francisco Rivera sufrió un percance que le obligó a pasar por quirófano para ser intervenido de la rodilla. Pese a todo, el torero estaba dispuesto a pasarlo en grande en la boda de su hermano, y llegó antes de las 18:00 horas en coche, acompañado por su mujer, Lourdes Montes.
El diestro, al igual que su hermano Cayetano, protagonizó uno de los momentos más significativos del día: el reencuentro con Isabel Pantoja, con quien estuvo charlando ante la mirada de Lourdes.
Francisco se animó a salir a las puertas de la Hacienda Los Parrales para hacer algunas declaraciones a la prensa después de que Kiko e Irene se dieran el “sí, quiero”. “Kiko está nerviosísimo. Lo que os estáis perdiendo es algo muy bonito”, comentó, y añadía: “Nosotros venimos a estar con mi hermano, era su día y eso está por encima de todo”.
Eso sí, su reciente operación no le permitió quedarse hasta altas horas, y él fue uno de los primeros en abandonar la fiesta.
- Francisco Rivera: 'Venimos a estar con mi hermano y eso está por encima de todo'
El diestro llegaba a la Hacienda Los Parrales pasadas las 18:00 horas sin la compañía de Eva González, que se retrasó unas horas debido al trabajo. Una vez oficiada la ceremonia, Cayetano atendía a la prensa y reconocía que se sentía "muy contento" de compartir un día tan especial con los novios. Protagonizó un destacado momento en el interior de la finca cuando se reencontró con Isabel Pantoja a quien saludó de manera cariñosa y educada y con quien conversó sobre lo emotiva que había sido el enlace. Volvió a salir a la entrada de la Hacienda para atender a la prensa, una vez su mujer llegó al enlace.
Hasta muy poco antes de la boda, la hermana del novio estuvo disfrutando de sus vacaciones en su particular paraíso tropical, Isla Mauricio. Pero no podía faltar en el gran día de Kiko e Irene y, pese a las desavenencias que han marcado la relación de los hermanos en los últimos meses, Isa se convirtió en una de las protagonistas de la ceremonia con las emotivas palabras que le dedicó al DJ.
Los momentos complicados que habían atravesado parecieron olvidarse cuando Isa pronunció su discurso. La hija de Isabel Pantoja consiguió llevar a los invitados hasta las lágrimas con sus declaraciones, y a ella misma se le quebró la voz: “Por muy diferentes que seamos te quiero en mi vida. No me hubiera perdonado nunca no haber venido a tu boda y sé que tú no me hubieras dejado perdérmela. Has sido la persona más importante de mi vida hasta que nació Alberto, mi héroe, y sé que seguiremos entendiéndonos y queriéndonos a partir de ahora", aseguró.
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