Kim Kardashian ha abandonado el país en cuanto ha podido. El robo que ha sufrido en su hotel parisino por parte de cinco hombres armados, que irrumpieron en su habitación la maniataron y la metieron en el baño, ha sido demasiado para ella. Horas después se la veía tomando un avión privado, tratando de pasar desapercibida ante los ojos curiosos, que sabían ya todos los detalles de lo sucedido.
Atrás ha dejado una noche de pesadilla en la que ha perdido cerca de nueve millones de euros en joyas, un botín importante no sólo por su valor económico sino por el sentimental. Entre los objetos robados, destacaba uno con una historia personal muy importante. En el recuento de lo sustraído se habla de un anillo de tres millones y medio de euros y, claro, las especulaciones no han tardado en apuntar a que se trata del anillo de compromiso de Kim –el segundo que le regaló el rapero hace unos meses-.
Desde que lo recibió, ella no ha dejado de poner fotografías de la sortija en sus redes sociales y no se la ha quitado del dedo durante su estancia en París. Se trata de un anillo diseñado por Lorraine Schwart, en colaboración con Kanye West, que tiene un gigantesco diamante sin defectos sobre una alianza de oro. Después fue personalizado por West que incorporó en el diseño el nombre de su hija. No se ha confirmado si este es el anillo, aunque Kim lo llevaba poco antes del robo, mientras hacía una videollamaba con su hermano Rob.
Atracan a Kim Kardashian a punta de pistola y se llevan 9 millones de euros en joyas
Zoom: Los anillos de compromiso más espectaculares
Kim Kardashian ha estado en París estos días en los desfiles de la Semana de la Moda con su madre y sus hermanas Kendall y Kourtney. Fue allí donde en la madrugada de lunes cinco hombres armados, vestidos con uniforme policial, irrumpieron en su habitación y la ataron. Tras encerrarla en el baño, se llevaron joyas por valor de nueve millones de euros y dos móviles, se estima que uno de ellos tenía información personal de la celebritie. En cuanto se enteró de lo ocurrido, su marido Kanye West canceló el concierto que estaba ofreciendo en Nueva York, informando a sus fans de que había tenido un "problema familiar".