Si el fin de semana pasado Kiko Rivera disfrutaba de su despedida de soltero rodeado de amigos y algún familiar en Galicia, ahora es el turno de su pareja, Irene Rosales. Mientras que el DJ escogió A Coruña como destino, Irene está celebrando la suya en la otra punta del país, de una forma diferente pero también en muy buena compañía.
Irene fue fotografiada este viernes caminando por las calles de Sevilla, con su hija Ana y empujando una maleta rosa en la que probablemente llevaría todo lo necesario para disfrutar de unos días estupendos en Chiclana (Cádiz), donde, según anunciaba El programa de Ana Rosa, pasará el fin de semana despidiendo su soltería.
-Kiko Rivera, feliz tras vivir 'una despedida de soltero simplemente perfecta'
-Irene Rosales viaja a Barcelona para ultimar los detalles de su vestido de novia
-Kiko Rivera desvela, en exclusiva para ¡HOLA!, los detalles de su boda
Vestida de forma cómoda e informal, con pantalones vaqueros, camiseta y zapatillas deportivas, Irene iba acompañada por algunas amigas. Una de ellas llevaba una banda de color amarillo en la que se podía leer "testigo de la...". Un complemento típico de las despedidas de soltera que augura un fin de semana de chicas de lo más divertido.
Durante la noche del sábado, Irene quiso compartir con sus seguidores en las redes sociales pedacito de su despedida de soltera, una imagen en la que aparece con dos amigas pasándolo en grande. Disfrazadas con pelucas, collares de colores... parece que la prometida de Kiko Rivera se está despidiendo tanto como él en su fiesta.
Faltan apenas dos semanas para la boda de Kiko Rivera e Irene Rosales, que se celebrará el próximo 7 de octubre en Sevilla. El acontecimiento reunirá, por primera vez en mucho tiempo, a Isabel Pantoja y los hermanos Rivera, Francisco y Cayetano. Kiko explicó en exclusiva a la revista ¡HOLA!, que en un día tan especial echarían mucho de menos a su padre, aunque “desde el cielo, estará muy contento de vernos a todos unidos”. Alrededor de 300 invitados serán testigos de este enlace que llega diez meses después del nacimiento de la pequeña Ana, la primera hija en común de la pareja. De hecho, el DJ aprovechó el bautizo de la niña para pedir matrimonio a Irene, un momento muy emotivo.