Después de conseguir el bronce olímpico en Río 2016, Pau Gasol está disfrutando de unas semanas de descanso en las que está aprovechando para recargar pilas de cara a la nueva temporada de la NBA, que empezará el próximo mes de octubre. El jugador, que iniciará una nueva etapa en los San Antonio Spurs, ha puesto rumbo a casa, pero no lo ha hecho solo, sino acompañado de su novia, Catherine McDonnell.
Así, además de visitar el entrenamiento de los jugadores del FC Barcelona, el internacional español ha querido enseñar a su chica algunos de los lugares más importantes para él y que han tenido un significado muy especial en su vida. Es el caso del Hospital Sant Pau de Barcelona, donde nació, o el colegio Llor de Sant Boi, donde estudió.
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Gasol acudió a su antiguo colegio para inaugurar una pista de baloncesto, en la que él empezó a jugar hace ya tantos años, sin embargo, no contaban con la tromba de agua que cayó durante el acto. Recibido como la estrella que es, el pívot catalán compartió jornada con 150 jóvenes que vivieron su visita con mucha emoción y no podían creerse que estuvieran con él en carne y hueso. "¡Ayer jugué en casa! Muy contento de apadrinar la reforma de mi primera cancha con @nike_spain y @GasolFoundation", escribió en su perfil personal de Twitter.
El mal tiempo no impidió que Gasol pasara unos minutos en la renovada pista escolar gracias a la aportación de la Gasol Foundation y Nike, un acto del que fue testigo su novia. Debido a la incesante lluvia, Catherine no perdió detalle desde las gradas vestida con un chubasquero e inmortalizando el momento con la cámara de su teléfono móvil. La bella financiera californiana con la que sale desde hace varios meses ha sido la culpable de que Pau no sólo haya recuperado la ilusión en el amor, sino que ya se ha planteado dar un paso más. "Soy una persona familiar, muy implicado en la infancia, los niños me llegan al corazón. Sueño con tener una familia propia. Nunca he forzado y siempre ha sido difícil por mis situaciones profesionales, pero es algo en lo que tengo mucha ilusión de que suceda en un futuro cercano", dijo el pasado mes de mayo en una entrevista con el diario MARCA.
Durante el evento celebrado en el hospital de Sant Pau, el jugador de los San Antonio Spurs, de 36 años, habló de cómo se encuentra de cara a la nueva temporada y cómo ve su futuro: "No me pongo límites. Creo mucho en ser ambicioso. La meta no es un punto concreto, es el camino. Siempre creo que puedo seguir mejorando". El acto tenía como objetivo potenciar las habilidades de los jóvenes, buscando en Gasol el ejemplo que deben seguir: "Desde pequeño he creído en mí mismo y siempre he tenido una gran formación. Empecé porque mi padre jugaba al baloncesto en el club Gaudí. Era muy delgado pero con mucha ambición y confianza. Todos me decían que no estaba preparado, pero eso no me detuvo", explicó Gasol, que confesó que "de joven quería ser científico, no sabía lo que significaba pero quería curar a gente". "A los 18 años empecé medicina pero lo dejé cuando di el salto al primer equipo del Barça", añadió. Una decisión que, sin duda, implicó algunas renuncias: "No salía con mis amigos, solo estudiaba y entrenaba. Lo llevaba bien porque me encantaba. Si quieres conseguir algo importante no puedes tenerlo todo. Debes sacrificarte, elegí el baloncesto para dejar los estudios".
El ganador de dos anillos de la NBA y campeón del mundo con la selección española hace ahora diez años, analizó las claves de su camino a la élite: "De pequeño era malísimo. He mejorado mucho y demuestra que con la ilusión y constancia, creyendo en tu potencial, te hace llegar al éxito". Por último resaltó la importancia del deporte: "Es una herramienta de educación que me ha dado cosas muy importante a nivel humano como ser embajador de Unicef o crear la Gasol Foundation".