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Mireia Belmonte y Javier Hernanz forman una de las parejas más estables del deporte de élite de nuestro país. Comenzaron su relación hace dos años y desde entonces no se han separado, haciéndonos partícipes de su historia de amor a través de las redes sociales. Y como era de esperar, el oro de Mireia en Río ha traído consigo una nueva publicación. "Sois el ejemplo de confianza ciega. Los dos sabíais que lo haríais. #Rio2016 #oro", escribía el piragüista en Twitter junto a una imagen en la que aparecía la nadadora y su entrenador, Fred Vergnoux.
Javier ha celebrado el triunfo de su chica como si fuera suyo. El piragüista, miembro del K-4 español que competirá en Río 2016, llegó justo para ver ganar a Mireia. La nadadora sabía perfectamente en que grada se encontraban sus padres, José Belmonte y Paqui García, pero no tenía ubicado a su novio. "Tus padres han estado viéndote y también tu novio Javier, que le ha dado tiempo a venir pero no te lo ha querido decir", le contaba una periodista de TVE a Mireia. Ella, en ese momento, intentó encontrarle con la mirada y respondió: "Mis padres están por ahí, pero mi chico no sé donde está, pero bueno, ya le veré".
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Y es que Javier puso rumbo a Río de Janeiro horas antes de la final de los 200 mariposa. “Ya estamos embarcando para #Rio2016. La próxima vez que volvamos habremos quedado los... en los Juegos de Río”, publicó junto a esta foto. El próximo 19 de agosto él también participará en los Juegos Olímpicos en la prueba de piragüismo K4 1.000 metros masculinos. Serán sus segundos Juegos, tras participar en los de Atenas en 2004.
Una vez en Río, el deportista aseguró que el vuelo había transcurrido sin ningún problema. "Viaje perfecto a falta de recibir las maletas”. Sin embargo, sufrieron una demora importante para salir del aeropuerto a la villa olímpica. “Ya nos parecía que iba todo demasiado bien. Dos horas después de llegar seguimos tirados en la parada del autobús esperando para ir a la villa”, escribió en Twitter. Finalmente, el equipo abandonó el aeropuerto sobre las 19:45 horas local, por lo que Javier consiguió ver la competición de Mireia, que comenzó alrededor de las 23:00 horas local.
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Pero no pudo decírselo porque en días tan importantes como el de ayer, la nadadora no tiene trato más allá de su entrenador y de sus compañeras de habitación. A Mireia le gusta estar a solas consigo misma, sin contacto con el mundo exterior. "No queremos molestarla, hoy es un día en el que tiene que estar ella tranquila", aseguraba su madre.
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Una vez convertida en la primera nadadora española en pisar lo más alto de un podio olímpico, Mireia compareció ante los medios de comunicación. Muy emocionada, dedicó este triunfo a todos los que han estado a su lado en estos años porque "sin ellos yo no hubiera conseguido el oro". Después de relajar la musculatura y pasar por el control antidopaje, Mireia regresó a la villa olímpica para cenar y acostarse pasadas las tres de la madrugada. La nadadora tiene otro duro día por delante, ya que este jueves se enfrenta a la prueba eliminatoria de los 800 metros libres, una prueba en la que en Londres logró la medalla de plata.
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