Su nombre no se encontraba entre los grandes atletas que participaron en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, sin embargo, su presencia en el estadio de Maracaná se convirtió en un auténtico fenómeno. Su nombre es Pita Taufatoufa y es el abanderado del país de Tonga, integrado dentro de la Polinesia.
Con su torso desnudo y bañado en aceite de coco, el deportista -que forma parte del equipo de Taekwondo de su país-, llegó a ser trending topic. Fue mencionado más de 40 mil veces en Twitter en tan solo una hora. Todas las miradas se centraron en sus músculos que levantaron un sinfín de suspiros y muchos comentarios como los siguientes: “Mis próximas vacaciones en Tonga, se ve la calidad del aceite” o "denle todas las medallas al abanderado de Tonga".
Desde entonces sus seguidores en las redes sociales se han multiplicado, entre ellos, muchas mujeres que no pasaron por alto sus fornidos músculos y hubo quien, incluso, le llegó a pedir matrimonio. Piropos y más piropos para este joven de 32 años que lució su tonificada figura con el traje típico de su país. Una indumentaria de danza que responde al nombre de me’etu’upaki.
Pita Taufatoufa es licenciado en Ingeniería y trabaja en Australia como asistente social. Se trata de su primera experiencia olímpica, un sueño hecho realidad, según confiesa en las redes donde es habitual que comparta fotos de sus entrenamientos. Por el momento, habrá que esperar si tiene tanto éxito en la competición como durante la ceremonia inaugural.
En declaraciones a El Español, el atleta ha asegurado que en un principio no se dio cuenta de lo que estaba pasando, pero que cuando volvió al autobús una vez finalizada la ceremonia su móvil no paró de recibir mensajes: “¡Echaba fuego!”, ha dicho. El abanderado de Tonga señala como positiva esta repercusión para que su país tenga más visibilidad y también para que se reconozca su esfuerzo. “La gente ve al tipo que brillaba en la ceremonia, pero no ven 20 años de intentar ser olímpico: entrenar, huesos rotos, ligamentos rotos… Sangre, sudor y lágrimas”, afirma.
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Asimismo también ha explicado la razón por la que llevaba el cuerpo cubierto en aceite. Y es que se trata de una tradición de su país. “Siempre que llevamos nuestro atuendo lo hacemos. Es aceite de coco… Lo traje desde Haapai, me lo hizo mi familia; mi padre”, dijo.