Javier Fitz-James Stuart y María Chávarri, más de un año de crisis que ha llevado a la separación definitiva
La pareja, que sigue manteniendo una relación excelente, ya estuvo una temporada viviendo en casas distintas a principios de 2015
María Chávarri y Javier Fitz-James Stuart han puesto fin a su unión cerca de doce años después de su boda y con dos hijos en común. Tal y como ha podido saber HOLA.com, los problemas serios en el matrimonio y la crisis que les llevaría a tomar esta decisión, empiezan antes de las Navidades del 2014. La relación estaba deteriorada y decidieron que era el momento de separarse. Sin embargo, dado el significado familiar de las fechas, acordaron que, por sus hijos y la familia que habían creado, esperarían a que pasaran las fiestas.
A principios de 2015, pasaron un tiempo viviendo en casas distintas. Seguían siendo buenos amigos y en ningún momento dejaron de hablar durante ese tiempo, tampoco llegó a haber intermediación de abogados. En esos meses, volvieron a verse y tomaron la determinación de dar una nueva oportunidad a su matrimonio. Así que disfrutaron de las vacaciones de verano de 2015 juntos y con sus hijos. Estuvieron en Sotogrande, como hacían todos los años, y en otros lugares de España, con amigos y gente de su entorno. No resultaron las vacaciones familiares idílicas de otros años, pero sí tenían el firme propósito compartido de hacer funcionar su matrimonio. Aún se quieren, tienen dos niños en común, unos valores familiares en los que ambos creen y no hay terceras personas, así que confían en que pueden volver a ser la familia que eran. Los padres de Javier continúan casados y María, cuya madre falleció siendo ella muy jovencita, no quiere que sus hijos se críen entren dos casas.
De nuevo las Navidades son una fecha determinante para su matrimonio ya que, a la vuelta de las Navidades de 2015, en el mes de enero, tienen claro que el proyecto común en el que confían no funciona. Deciden separarse (separación que adelantó el confidencial Vanitatis). La relación está desgastada como matrimonio y pueden ser amigos, pero ya no tiene sentido continuar con su matrimonio. Con el tiempo las diferencias que saben que tienen -él es un hombre al que le gusta la tranquilidad del campo, más tradicional y conservador, mientras que a ella le gusta más una vida en la ciudad-, han hecho mella en su unión. De mutuo acuerdo, decidieron que María y los niños continuaran en el domicilio familiar mientras que Javier se instaló en un piso cercano, que le ayudó a buscar e incluso a decorar María. Y es que la relación que tienen ambos es excelente, son muy buenos amigos y se les ve constantemente juntos. De la tristeza por no lograr salvar su unión, han pasado a aceptar que la mejor opción de sus vidas es estar separados.
La muestra de que su relación es inmejorable fue la reciente celebración de la comunión de su hijo pequeño Álvaro, una ocasión en la que se reunió toda la familia. Se les vio así con sus dos hijos, Sol y el protagonista del día, Álvaro. Les acompañó además Mencía, la hija mayor de Javier, fruto de su relación con Isabel Sartorius. Una celebración igual de discreta que ellos, que no se prodigaban demasiado en citas públicas. Se pudo ver sin embargo hace apenas un mes a María en un homenaje que Natura Bissé hizo a los colaboradores del Programa de Estética Oncológica de la Fundación Ricardo Fisas, una de sus escasas apariciones.
Javier Fitz-James Stuart y María Chávarri se casaron el 18 de octubre de 2003 en una ceremonia eclesiástica en la capilla de la finca extremeña de El Guadalperal propiedad de Jaime Fitz-James Stuart, duque de Peñaranda, tío de Javier. Se conocían desde hace años y habían comenzado a salir más de un año antes. De su unión nacieron dos hijos, Sol, que tiene doce años, y Álvaro, que tiene diez. Javier, que tiene su propia empresa de finanzas e inversiones en Madrid, tiene además otra hija Mencía, fruto de su relación con Isabel Sartorius.
Javier es hijo de Carmen Fitz-James Stuart y Gómez Ruiz y Javier Soto y López-Doriga. Su madre, que ostenta el título de Marquesa de Valle de Paloma, es descendiente, igual que la Duquesa de Alba, de Jacobo Francisco Eduardo Stuart Fitz-James, III duque de Liria y Xerica y III duque de Berwick, que nació en Madrid en 1718 y murió en Valencia en 1785. Se casó en 1738 con doña María Teresa de Silva y Alvarez de Toledo, hija de don Manuel María Silva y Mendoza, conde de Galve, y doña María Teresa Alvarez de Toledo, XI duquesa de Alba de Tormes. La madre de Javier es hija de don Hernando Alonso Fitz-James Stuart y Saavedra, XVI duque de Peñaranda,y de doña Isabel Gómez Ruiz.
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María es hermana de Marta Chávarri, nieta del marqués de Santo Floro y bisnieta del conde de Romanones. Sus padres, ya fallecidos, eran Matilde Figueroa (hija del marqués de Santofloro, nieta del conde de Romanones y hermana de Natalia Figueroa) y el embajador Tomás Chávarri, que tuvo una de las carreras diplomáticas más dilatadas y premiadas de nuestro país. De este matrimonio nacieron cinco hijos, Marta, Isabel, Gonzalo, Álvaro (fallecido hace años) y María. Tras quedarse viudo, Tomás Chávarri contrajo matrimonio en segundas nupcias con Carolina Tieu, de origen vietnamita, con quien tuvo dos hijos, Carlos y Fernando.