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El pasado sábado 28 de mayo pudo haber sido el día en que Malena Costa y Mario Suárez se convirtieran en marido y mujer. La pareja se comprometió en octubre de 2015 y, aunque desde entonces no han abandonado sus planes de boda, hay algo que les ha hecho aplazar la ceremonia: su embarazo. La modelo cuenta los días para ver la carita de su hija, y se encuentra ya en España para estar con los suyos. La llegada de su bebé es inminente, pero antes Malena ha celebrado una divertida baby shower precisamente en el día en que, de no ser por su estado, podría haber caminado con Mario hacia el altar.
© Redes socialesMalena ha compartido con sus seguidores algunas fotografía de la fiesta, comentando que precisamente ese día podría haber sido el de su enlace: "Tal día como hoy estaría cortando la tarta de nuestra boda, junto a mi amor pero en cambio me encuentro cortando la tarta en la baby shower de nuestra pequeña "M", la vida no nos podía haber dado mejor regalo 💕💕💕💕💕💕 gracias por ser tan detallista, atento y por todo lo que haces por mí, ¡TE QUIERO!".
En una de las instantáneas Malena, embarazada de ocho meses, posa junto a la mesa partiendo la tarta, blanca con decoraciones rosas. Pueden verse también otros dulces, todos de color rosa, probablemente en honor al sexo del bebé que esperan. La modelo ha publicado otras dos imágenes en las que aparece rodeada por las invitadas a su fiesta. "Baby shower para nuestra pequeña con la mejor compañía, gracias por todo", comentó Malena.
© Redes socialesPara la celebración optó por ponerse un sencillo vestido blanco con volante en el escote y una colorida chaqueta de estampado floral, una elección muy favorecedora en el punto tan avanzado de embarazo en el que se encuentra.
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La pareja pronto tendrá en sus brazos a su hija, una niña cuyo nombre empieza por la letra M, igual que los suyos y las iniciales de sus lugares de origen, Madrid en el caso del futbolista y Mallorca en el de ella. Arropados por los suyos y con fiestas tan divertidas como esta probablemente a Mario y Malena se les esté haciendo menos larga la espera, pues ambos están impacientes por la inminente ampliación de la familia. ¡Ya no queda nada!
