“Jelena será, a partir de ahora, la señora Djokovic en los papeles, pero para mí seguirá siendo siempre Jelena, la madre de mi hijo”, dijo Novak Djokovic toda una declaración de intenciones de cómo sería su vida tras la boda y una revelación de la mujer que se encuentra detrás de la estrella y velando por las cosas que más importan al tenista.
No es una incondicional de los partidos de tenis –aunque cuando va lo da todo animando a Novak y su imagen es de las más buscadas-, tampoco lo es de las grandes galas o de las alfombras rojas. Jelena Djokovic –Ristic de soltera- apuesta por la discreción, mide a cuenta gotas sus apariciones y se mueve en otro plano, el que se encuentra cerca del corazón del deportista: su familia y sus causas.
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“Llevamos bien el estar lejos el uno del otro, no tenemos problemas con las despedidas porque los dos estamos ocupados y somos independientes. Los días pasan rápido y los dos estamos concentrados en el trabajo que hemos hecho todos estos años”, cuenta Jelena en sus redes sociales antes de demostrar con sus palabras que está tan enamorada como el primer día, cuando ella tenía dieciséis años y él quince.
“Pero cuando él está a punto de llegar a casa y coge el vuelo, ¡esas pocas horas se hacen una eternidad! Es entonces cuando nos damos cuenta de los mucho que nos echamos de menos el uno al otro”, continuaba Jelena después de mostrar cómo pasa los fines de semana con su pequeño hombrecito, el único hijo del matrimonio y que nació después de su boda, que se celebró durante el verano de 2014.
Sin embargo, aunque no se prodigue, no siempre disfruta de los triunfos de Djokovic en la distancia. Ese fue el caso de los últimos Premios Laureus World Sports o los "Oscar del deporte", para los que Jelena voló con su marido a Alemania, pero se despidió de él enfundada en el cómodo albornoz del hotel, dejando que fuera el tenista el que acaparara todo el protagonismo en la alfombra roja y al hacerse con el premio al mejor deportista masculino.
En lo que a las causas que preocupan al tenista se refiere, Jelena es la mejor abanderada y juntos han formado un equipo que funciona al aperfección. Mientras él debutaba en Roma, el pasado 11 de mayo, ella se batía en una conferencia en Luxemburgo, ya que Jelena –tras formarse en la Universidad Internacional de Mónaco y en la Universidad Luigi Bocconi- se puso al frente de la fundación de Novak y se volcó en la ayuda a la infancia.
Además de velar porque los todos los niños tengan acceso a una educación preescolar de calidad, Novak –que padece la celiaquía o enfermedad celíaca- siempre se ha promovido un estilo de vida saludable y es un abanderado de la alimentación para cuidar el cuerpo y la mente. Algo en lo que también ha encontrado en Jelena el mejor apoyo.
Con este propósito el matrimonio estuvo trabajando en un proyecto que vio a la luz hace un mes, Eqvita, un restaurante en Mónaco que de sirve “amor en el plato”, creado con amor y gratitud a la naturaleza. “A través de los alimentos esperamos ofrecerte ‘combustible’ de calidad para tus aventuras diarias. Asegúrate de usarlo por tu bien y el de lo demás”, contaba Jelena en sus redes sociales, mientras aprovechaba la oportunidad para vestirse una vez más con la camiseta de la fundación.