Madonna se enfrenta a una nueva tormenta familiar
La familia biológica de Mercy está molesta con la intérprete
Parecía que las cosas mejoraban para Madonna. La situación con su hijo Rocco se ha solucionado, se han visto varias veces en Londres y parece que la paz ha vuelto a reinar entre ambos. Sin embargo, una nueva nube aparece en el horizonte familiar de la cantante y en este caso de nuevo afecta a uno de sus hijos. Se trata de Mercy, hija adoptiva de la artista, que llegó a su vida cuando tenía apenas 4 años desde un orfanato de Malawi (era el año 2009). Han pasado desde entonces seis años y aunque han viajado en algunas ocasiones al país africano, la familia biológica de la pequeña considera que no es suficiente y se queja de que no les visita.
La niña fue entregada al orfanato tras la muerte de su madre, dado que no podían cuidar de ella, pero habría sido de manera temporal, no algo permanente, tal y como ha declarado una amiga de la madre biológica al MailOnline. Agatha Molande aclara que la situación de Mercy podría provocar un problema mucho más grave que la actual lucha por la custodia de Rocco. “Madonna puede que actuara de buena fe creyendo que salvaba a una niña de la pobreza y la muerte, pero puede que no le dijeran toda la verdad. Es difícil expresar en palabras el amor que la familia de Mercy siente por ella”. Y añade: “El amor que sienten es mucho y nunca pretendieron estar separados permanentemente de ella”.
Madonna y su original manera de firmar la paz con su hijo Rocco
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“Es una batalla que no van a dejar de librar. Madonna tiene que entender que a medida que Mercy crece y se da cuenta de estas cosas puede que no sea bueno para ella y las partes implicadas” señala Agatha. La familia reprocha a la artista que ha roto la promesa de mantener el contacto y de un eventual regreso de la niña, cuyo padre biológico vive, algo a lo que la artista se ha negado. En esta batalla dialéctica, de momento no se han tomado acciones de otro tipo, un portavoz de Madonna ha dicho: “A Mercy nunca se le han escondido sus raíces ni su origen y visita Malawi cada año para aprender de ellas y visitar a sus familiares y amigos. Las historias acerca de la adopción de la niña, sólo hacen daño a esta”. La propia cantante comparte imágenes de sus viajes al país africano, en el que financia la construcción de escuelas para los niños necesitados.
La abuela de la pequeña asegura que sólo accedió a la adopción porque se le prometió un derecho de visitas y se le dijo que tras recibir una buena educación volvería a casa. Ha dicho que si hubieran sabido que no la iba a volver a ver no habría dado su visto bueno a que se marchara. Añade que algunos miembros de su familia, su exmarido y el tío de la niña, la engañaron con falsas promesas para que aceptara.
La adopción de Mercy estuvo teñida de polémica, dado que en un principio las autoridades del país negaron en primera instancia el permiso de adopción a la cantante porque no había residido en el país 18 meses antes de iniciar el proceso (un requisito fundamental para conceder la adopción). Madonna luchó contra viento y marea y siguió peleando en los tribunales para lograr su propósito y lo consiguió -era la segunda vez que adoptaba en el país, su hijo David también procede de allí. En una segunda instancia, los jueces le dieron la razón argumentando que la resolución anterior por la que se le impedía a Madonna adoptar a Mercy, se debía a una interpretación excesiva basada en leyes antiguas.
Agatha Molande, que recuerda a la madre de la niña como mucho cariño porque crecieron juntas, explica que la artista debería hablar con la familia de Mercy e intentar llegar a un acuerdo con ellos. “Tendría que intentar encontrar la verdad y alcanzar un arreglo con las partes implicadas. Sería bueno para ella, para Mercy y ayudaría al alma de su madre a descansar en paz”.