Iker Casillas tras su boda: 'Tengo que acostumbrarme a llamar 'mi mujer' a Sara'
El portero, que regresó a Madrid por unas horas para cumplir con sus compromisos publicitarios, aseguró que su segundo hijo no se va a llamar ni Mauro, ni Bruno, ni Hugo
Sara Carbonero ya nos había hablado de su boda con Iker Casillas y ahora ha sido él quien nos ha contado cómo se siente como hombre casado. “Me siento igual, es como cuando cambias de edad y te tienes que acostumbrar a decir que tienes 26 en vez de 25, pues ahora me tengo que acostumbrar a llamar a Sara mi mujer en vez de mi novia”, declaró durante un evento en Madrid de una conocida firma de champú.
Iker y Sara se dieron el ‘sí, quiero’ de la manera más íntima posible, sin ruido de flashes y sin estar pendientes de más detalles que de los imprescindibles. El pasado 20 de marzo, la pareja se casó en la localidad madrileña de Boadilla del Monte con su hijo Martín como único invitado. La celebración posterior fue en la misma línea de la ceremonia, también muy íntima, pero los recién casados tienen pensado celebrar su unión por todo lo alto con sus familiares y amigos más cercanos. “Nos hemos casado así porque no nos gusta estar en boca de todo el mundo ni que nos estén mirando con lupa; además, si lo haces más reservado, el día de mañana lo puedes compartir más tranquilamente con tus amigos”, explicó Casillas. “En ese sentido estoy un poco contento porque algún gol os hemos metido”, bromeó refiriéndose a los periodistas.
La boda de Iker y Sara ha llegado en un gran momento, ya que están a punto de dar la bienvenida a su segundo hijo, un bebé que, si no se adelanta el parto, nacerá en Madrid. “En cuanto acabe la competición en Portugal, si estoy dentro de los 23 elegidos para jugar con la selección, tendré que volver para prepararme para la Eurocopa”, dijo Casillas. Y para sorpresa de todos, reveló que el niño no se llamará ni Mauro, ni Bruno, ni Hugo, los nombres que días atrás había barajado Sara con la prensa. “Te puedo asegurar que de esos tres no es ninguno, te lo prometo”, manifestó. Eso sí, no desvelo cuál era el elegido, “no vaya a ser que luego cambiemos a última hora”, pero volvió a insistir en que no iba a ser “ninguno de esos tres, seguro”.
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El portero dijo que la paternidad le había cambiado la vida y que era una experiencia que recomendaba al cien por cien. “Como cualquier padre, lo que quiero con mis hijos es disfrutar de ellos, verlos crecer sanos… Yo creo que soy buen padre, estoy pendiente en todo momento de Martín, cambio pañales, si he tenido que calentar biberones lo he hecho, me he levantado por la noche… como cualquier padre”, confesó.
Casillas volvió a desmentir que su familia y él se sientan a disgusto en Oporto. "Nada más lejos de la realidad", contó. "Desde el primer día que llegamos allí nos han tratado francamente bien. Y si nos hemos movido por Estoril, Lisboa o Faro nos han acogido exactamente igual de bien", matizó. De hecho, tan a gusto se sienten que el portero podría aceptar la oferta del club y renovar un año más con él. "Tengo idea de cumplir mis contratos, el Oporto me quería otro año más y casi con total seguridad me quedaría hasta el 2018", destacó.