La emotiva carta de despedida de Pau Gasol a Kobe Bryant: 'Éramos perfectos juntos'
Kobe Bryant se despidió tras 20 años de inquebrantable fidelidad hacia Los Ángeles Lakers, poniendo en pie al Staples Center y convirtiendo un partido de trámite frente a Utah Jazz, en una nueva gesta inolvidable
Como si de un guión de Hollywood se tratara, Kobe Bryant firmó una última gesta con 60 puntos en la noche de su adiós definitivo, una despedida majestuosa que, según reconoció tras el choque, "jamás hubiera imaginado", y que puso el broche a una jornada inolvidable para el baloncesto. "Hoy sólo traté de jugar duro y poner un 'show' en la medida de lo posible. Me alegro de haberlo podido hacer por última vez, aunque es difícil de creer que haya pasado así. Ha sido increíble. Estoy en 'shock' aún", manifestó.
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Antes de la presentación de ambos equipos, llegó uno de los momentos más emotivos de la velada. Entre constantes cantos de "Kobe!, Kobe!", se emitieron una serie de videos que recordaban sus momentos más destacados y culminaban con sus cinco títulos. A continuación, apareció Magic Johnson y dijo: "Estamos aquí para celebrar la grandeza y la excelencia de Kobe Bryant durante 20 años. Es la mayor celebridad que ha dado esta ciudad en ese tiempo. No sólo es un icono increíble, sino que es el mejor jugador que ha vestido la camiseta púrpura y oro". El Staples Center, literalmente, se venía abajo. En las gradas se encontraban, entre otros muchos, Adam Levine y Behati Prinsloo; David Beckham y su hijo Brooklyn, y el rapero Jay-Z.
Y eso era antes de que en más vídeos aparecieran las despedidas de compañeros como Shaquille O'Neal, Derek Fisher, Kevin Durant, Dwyane Wade, Dirk Nowitzki, Gregg Popovich, Kevin Garnett, Carmelo Anthony, Stephen Curry, Lebron James, Pau Gasol ("deseo mantener nuestra amistad por el resto de mis días"), Phil Jackson y Lamar Odom. Lamar Odom reapareció en el último partido de Kobe tras haber salido del coma. El Staples se puso en pie cuando Bryant y Odom se fundieron en un sentido abrazo.
También enviaron mensajes artistas como Snoop Dogg, Ice Cube, Kanye West, Kim Kardashian, John Legend, Justin Bieber, Taylor Swift, Justin Timberlake, Ashton Kutcher, Zac Efron y Jack Nicholson, además de leyendas de los Lakers como Jerry West, Karee Abdul-Jabbar y James Worthy.
"Esto es un sueño. Es surrealista. Hubo momentos donde me emocioné, al ponerme la camiseta y pasar por el túnel de vestuarios por última vez. Pero traté de bloquearlo. Al final, lo que más recordaré es el tremendo apoyo de los fans hoy. Espero haberles dado algo para recordar", valoró Bryant. Desde el centro de la cancha, el jugador se despedía de su público: "No puedo creer lo rápido que han pasado 20 años. Es una locura. Gracias desde el fondo de mi corazón. Os quiero. ¿Qué puedo decir? Mamba fuera". Llovía el confeti. Sonaba The Best, de Tina Turner. Era un final de película para una carrera estremecedora.
Horas antes de que Kobe disputara su último partido, Pau Gasol, el mejor español de la historia del baloncesto que compartió más de seis años con Bryant en los pasillos del Staples Center (desde febrero de 2008 hasta el final de la 2013-14), se despidió de él con esta emotiva carta:
"Mi primer día en los Lakers, quedé con el equipo en el Ritz de Washington D.C., y a la 1:30 de la mañana alguien llamó a mi puerta. Después descubrí que Kobe no duerme demasiado. Me senté en la cama, creo, y él se sentó en la mesa que había al lado de la televisión. Me dio la bienvenida al equipo, y después me dijo que era 'el momento de ir a por todas'. Era el momento de ganar. Él sentía que yo podía llevarle de nuevo a la cima, y quería asegurarse de que yo lo supiese. 'Ésta es nuestra oportunidad', me dijo. Fue convincente (intenso) y muy significativo.
Éramos perfectos juntos.
Gran parte del triángulo ofensivo se basa en las lecturas del juego, en trabajar los unos con los otros y en entenderse. Yo entendía el juego. Era meticuloso al respecto. Creo que él lo apreciaba. Creo que lo veía como algo refrescante. Nuestra relación fue muy bien desde el principio. Los dos sabíamos que necesitábamos al otro para tener éxito.
En la NBA hay tantos partidos que es fácil dejarse llevar. Él mantenía a todo el mundo preparado. En los entrenamientos, retaba a la gente. Hacía trash talking. Aquello no era para todo el mundo. Algunos jugadores no pueden aguantar todo eso, pero a mí no me importaba. Era su forma de motivarte y empujarte a que dieras más. Es fácil acomodarse. Él se aseguraba de que nadie estuviese cómodo.
Después de perder el sexto partido de las Finales de 2008 ante los Celtics, no hablamos mucho al respecto. Era hora de digerir lo que había sucedido, de preguntarnos por qué nos habíamos quedado cortos y de dejar que ese fuego ardiera dentro de nosotros; dentro de nuestros estómagos. Entramos en la siguiente temporada con una actitud diferente: más fuertes, más agresivos y más decididos. Creo que por eso ganamos los dos campeonatos siguientes.
Si juegas con él, ves todos los días la prueba viva de por qué los más grandes son los más grandes. No es un accidente. Es una obsesión: llegar a ese nivel y mantenerse. La dedicación, el compromiso... Es algo único. No se encuentra por ahí. Él me inspiró para mejorar, me ayudó a reparar en los detalles del juego.
Batimos a los Magic en las Finales de 2009, y todo el mundo estaba muy contento, pero para él era diferente. Tenía un significado especial. El baloncesto era su vida y ganar su devoción. Y no digo que su familia no fuera primero, significa la vida para él, pero el baloncesto le llegaba muy dentro.
Cuando el traspaso de Chis Paul, del que yo iba a formar parte, fue vetado en diciembre de 2011, él fue como un hermano mayor, defendiéndome. Llegado el momento, les dijo a los Lakers, 'si vais a traspasarle, haced lo que tengáis que hacer. Si no, dejadle en paz y dejad que juegue'.
No nos veíamos tanto fuera de la cancha, pero hacia el final comimos bastantes veces los dos solos y recordamos viejos tiempos. Cuando yo estaba decidiendo si debía dejar los Lakers en 2014, él vino a mi casa de Redondo Beach. Me dijo que quería que me quedara en L.A. y luchara junto a él hasta el final de nuestras carreras. Esas fueron sus palabras. Yo le dije que estaba en un momento en el que necesitaba un cambio en mi corazón. Necesitaba cambiar de aires. Fue una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida, decirle, 'he decidido que no voy a seguir jugando contigo'.
Fiché por los Bulls porque quería estar en posición de poder ganar otro título. No he sido capaz de lograrlo. Le echo mucho de menos. Echo de menos su presencia. Echo de menos su actitud. No hay muchos jugadores que la tengan.
Lo del cisne blanco, el cisne negro, todo aquello no me preocupaba. No me enfadaba. Significaba que a él le importaba. Era amor duro. Me retaba porque esperaba más de mí. Cuando le importas a alguien, entonces es cuando te ponen a prueba. Cuando no les importas, te ignoran. Es entonces cuando te tienes que preocupar.
Puede que esté dolido porque sé lo que se siente al ganar, y adoro esa sensación. Me cambia el estado de ánimo. Me afecta. Creo que ganar extenderá mi carrera y me motivará a hacer más. Estar junto a Kobe tuvo un gran impacto en mi vida. Voy a ser agente libre este verano, y ahora pienso en eso. Quiero sacar el máximo de los años que me quedan. Quiero volver a formar parte de algo especial".
Más homenajes de despedida
Rafa Nadal también se ha sumado a los homenajes de despedida de Kobe Bryant, jugando en Montecarlo con unas zapatillas grabadas con la fecha de su último partido con los Lakers.
Michael Phelps, David Beckham, Fernando Alonso, Serena Williams y Gigi Hadid, entre otros, también han rendido homenaje a Kobe Bryant a través de las redes sociales: