Lujo y extravagancia imperan en el televisivo clan Kardashian. Ya sea con motivo de una boda, véase alguna de las celebradas por Kim; de un cumpleaños, los 18 de Kylie Jenner fueron de lo más comentados hasta que su madre le hizo sombra al cumplir los 60, o de un desfile, al último de Kayne West no le faltó detalle, la familia “tira la casa por la ventana”. Así que si acumulan joyas, vestidos, zapatos o cambios de look… ¿qué atesoran en su garaje?
Lo cierto es que el parque móvil de las Kardashian es difícil de enumerar: Ferraris, Land Rovers, Rolls Royces, Lamborghinis o Mercedes, entre otros. De acabado mate o metalizado y en una gama de colores en la que predominan los vehículos de color blanco, negro o gris en todas sus tonalidades. Haciendo alguna excepción eso sí, como el Audi R8 con acabado de espejo de Scott Disick, pareja de Kourtney, o el más original de todos, el espectacular Corvette de los años cincuenta en azul turquesa y blanco que conduce Kendall Jenner, y que según TMZ fue un regalo por su 20 cumpleaños.
Un Ferrari, viaje de lujo y una fiesta interminable... así es un cumpleaños al estilo Kylie Jenner
Lujo y extravagancia a la italiana en la boda de Kim Kardashian y Kanye West
Una (rubísima) Kim Kardashian y todo su clan apoyan a Kanye West en su desfile de la NYFW
Para las salidas por Los Ángeles en las que son ellas las que van al volante -en más de una ocasión siendo multadas por exceso de velocidad y en dejándose ver repostando en las gasolineras-, suelen apostar por todoterrenos de la firma Mercedes o Land Rover. Todas las hermanas tienen al menos uno en negro, dejando que sea la madre, Kris Jenner, la que lo luzca en color blanco.
La más conocida de la familia, Kim Kardashian, ha demostrado tener debilidad por el Rolls Royce Phantom, ya que lo conduce en blanco o en negro, con tapicería de cuero a juego. Sin olvidar el Bentley negro descapotable con algunos detallitos en rojo, como las llantas y sus iniciales bordadas en los reposacabezas. El mismo modelo en color blanco lo conduce su madre y en "rosa Barbie" –pero de dos puertas y sin descapotar- lo condujo durante años Paris Hilton, la que un día fuera su mejor amiga y gracias a la que Kim comenzó a coquetear con la fama.
A Kim también le gustan los coches de la marca Ferrari, al menos ha tenido tres diferentes en los últimos años. Uno blanco, uno gris oscuro con tapicería rojo y uno gris claro con las puertas de tijera (de las que se abren hacía arriba). Con este vehículo le gastó una broma –algo pesada para el resto de los mortales pero sin importancia para una familia que acumula vehículos de alta gama- a Caitlyn Jenner, entonces Bruce, cuando fingió el robo del vehículo después de habérselo prestado, un anécdota retrasmitida en el show televisivo familiar Keeping up with the Kardashian.
Viendo la pasión que comparten por los motores caros, no es de extrañar que en el último cumpleaños de Kylie su novio, el rapero Tyga, le regalara un Ferrari valorado en unos 320.000 dólares (más de 287.000 euros). Un vehículo que se suma a su todoterreno Mercedes negro y que recientemente sirvió para que sus hermanas le gastaran una broma cubriéndolo de globos rosas mientras permanecía aparcado.
Con esta flota de automóviles es difícil aburrirse, sin embargo cuando esto ocurre las Kardashian confían en alguno de los talleres de customización de la zona –a los que le hacen buena publicidad, de hecho en muchas de sus matrículas llevan el nombre de una de las casas de personalización de automóviles de Los Ángeles, no es de extrañar que, como se puede ver en la galería, los vendedores se vuelquen con ellas en los concesionarios- y prueban nuevos tonos. Es por esto, que Khloé ha lucido su Range Rovers en acabo de terciopelo negro, mientras que la pequeña de la casa apostó por el azul bebé cuando heredó uno de los "jeeps" de su madre.