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El presidente de los Estados Unidos tiene a su lado a un excepcional equipo de profesionales, sin embargo, quién le iba a decir que sería su hija mayor la que le acabaría sacándole de un apuro. El Air Force One de Barack Obama aterrizó en Cuba acompañado de su mujer Michelle, sus dos hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson.
A pesar de que el tiempo no acompañaba y la lluvia no les dio tregua, la familia no dudó en salir a pasear por las calles de La Habana. Estuvieron en un restaurante de La Habana Vieja, la zona más antigua de la capital cubana, y fue ahí donde padre e hija protagonizaron una de las anécdotas de su viaje.
Demostrando una total soltura (lleva estudiando español desde el instituto), Malia hizo de improvisada traductora de su padre, que no entendía el idioma y lo necesitaba para hablar con el dueño del local. "El Presidente y Malia comparten risas mientras Malia traduce del español al inglés a su padre", escribió Pete Souza, fotógrafo oficial de la Casa Blanca, en su perfil de Instagram junto a esta imagen. En ella, Barack y su hija se muestran de lo más sonrientes junto al restaurador, que se sintió muy honrado de recibir la visita del mandatario estadounidense y su familia.
"Su español es mucho mejor que el mío", aseguró en una entrevista que concedió a la cadena de televisión ABC News. "Espero que tenga la oportunidad de perfeccionar su español", explicó Obama, que confesó que no tenía tiempo para dar clases de español pero que se arrepentía mucho de no haber aprendido el idioma, a pesar de que su acento es "bastante bueno". "Mi vocabulario es igual que el de un niño de dos años, bromeó.
Tras la histórica visita oficial de Obama a Cuba tras más de medio siglo de enfrentamiento, el presidente norteamericano ha puesto rumbo a Argentina, donde continuará llevando a cabo su política de acercamiento a la región de América Latina, a nueve meses de entregar las riendas a su sucesor.
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