Por fin ha llegado el día, uno de los más esperados para Isabel Pantoja. Desde que ingresara en la prisión de Alcalá de Guadaira, Sevilla, el pasado 21 de noviembre de 2014 para cumplir condena, la artista ha estado esperando este momento. Acompañada, siempre ha estado ahí con ella, por su hermano Agustín, Isabel acudió por última vez a la prisión para completar los trámites de la libertad condicional. Gracias a ella, no sólo no tendrá que regresar al centro penitenciario, sino que podrá desplazarse por todo el territorio nacional por razones profesionales, bajo el control de los servicios sociales penitenciarios de Jerez de la Frontera, Cádiz, la misma provincia en que tiene fijada su residencia (es donde está situada su finca Cantora).
Después de hacer estos trámites, Isabel abandonó, esta vez sí por última vez, la cárcel. Con un look cómodo, pantalones pitillo, botas altas y un poncho étnico, las gafas de sol que nunca se quita y una carpeta en la mano, su rostro no dejaba lugar a ninguna duda.
Es la primera vez que se puede ver una amplia sonrisa, no sólo un esbozo, y un gesto de saludo mucho más efusivo que en otras ocasiones. Todo ello mezclado con mucha emoción. No hizo sin embargo declaraciones, aunque cuando salía en el coche se puede ver como, cuando se detiene un momento y se agolpan varias personas en su ventanilla, sigue con el gesto sereno y tranquilo.
El agridulce bautizo de la hija de Kiko Rivera
La libertad condicional de Isabel Pantoja ya tiene fecha
Exclusiva en ¡HOLA!, Kiko Rivera e Irene, en su casa con su hija Ana
Estará así en casa para el bautizo de su nieta Ana, que será el próximo día 12 de marzo, y al que asistirá, tal y como confirmó Kiko en recientes declaraciones (se dijo al principio que no iba a ir). Sin duda es una alegría para todos, una manera de olvidar los momentos vividos y disfrutar de sus nietos, que son los que ahora conseguirán que no se le borre esa sonrisa con la que ha comenzado esta nueva etapa.