Amigos y familiares se han despedido este sábado al mediodía de Emilio Sánchez Benito, padre de la extenista Arantxa Sánchez Vicario, fallecido el pasado jueves 25 de febrero a la edad de 83 años. El funeral ha tenido lugar en el tanatori Les Corts, donde se ha celebrado un acto religioso en su memoria al que han acudido numerosos seres queridos, pero con una notable ausencia: la de su hija Arantxa.
La extenista ha preferido no asistir a la ceremonia tras los tensos momentos vividos ayer en el tanatorio, donde, como ella misma explicaba, fue expulsada por sus hermanos. "Una vergüenza, me han vetado mis hermanos, por eso estoy aquí hablando con vosotros porque creo que no es lo adecuado, sobre todo no es el lugar, ni el momento", contó a los medios allí congregados. Arantxa había llegado el mismo viernes a Barcelona desde Miami, donde reside con su familia, para visitar el tanatorio junto a su marido Josep Santacana, pero ambos tuvieron que abandonar la capilla número 6, donde se encontraban los restos mortales de su padre, tras el encontronazo con sus hermanos.
Ya el viernes Arantxa advertía que se estaba planteando no acudir a la ceremonia del sábado para evitar que se repitiera una escena similar. "Si mañana no me veis en el funeral será porque no es normal que me hayan montado el 'numerito' que me han montado, me han vetado y me han echado de la sala. Así que quiero decirlo porque estoy cansada de tantas especulaciones", declaró, y en efecto finalmente han optado por no asistir.
Arantxa Sánchez Vicario, tras la muerte de su padre: 'Mis hermanos me han vetado en el tanatorio'
El conflicto que enfrentó a Arantxa Sánchez Vicario y su familia durante años
Quienes sí han estado allí son los otros tres hijos de Emilio, Marisa, Javier y Emilio, además de los extenistas Álex Corretja, Manolo Orantes y Albert Costa, el periodista Jordi Évole y Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça.
Parece que aún no han sanado las heridas en la familia de Arantxa Sánchez Vicario, cuya relación en los últimos años ha estado marcada por el proceso judicial que les enfrentó. Fue en 2012 cuando la extenista presentó una querella contra su padre y su hermano Javier por haberse apropiado de más de 16 millones de euros de fortuna. “Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su vida ha ganado mucho menos que yo”, aseguraba en su libro Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer. Tras aplazar en varias ocasiones la vista ante el juez, en verano de 2015 se llegó a un acuerdo entre las partes y se desactivó la causa judicial. La visita de Arantxa la semana pasada a la clínica Quirón de Barcelona, donde estaba ingresado su padre, parecía indicar un acercamiento con los suyos, pero por desgracia esta fue la última vez que la extenista vería a Emilio Sánchez, y el episodio del viernes en el tanatorio demuestra que el conflicto sigue abierto.