Dos días y una noche es el nombre del programa con el que Susanna Griso llega dispuesta a comerse la televisión las noches de los viernes. Un nuevo formato de entrevistas que se emite en Antena 3 en el que la presentadora pasará 48 horas con personalidades de todos los ámbitos, un espacio que se ha estrenado este viernes con la entrevista de una de las grandes figuras en el mundo de la canción nacional: el cantante Sergio Dalma, que ha ejercido de perfecto anfitrión alojando a Susanna en su casa y mostrándole su lado más íntimo.
Aunque Sergio lleva más de 25 años en la música, ha logrado mantener su vida privada en un segundo plano durante este cuarto de siglo. "Es algo que ha sido así desde el primer momento", reconoce él mismo con respecto a su decisión de mantener lo personal al margen de lo profesional. Sin embargo, en la entrevista con Susanna el cantante ha abierto su corazón para mostrar una faceta hasta ahora desconocida y hablar de temas tan delicados como el distanciamiento con su hijo.
La relación del cantante con su hijo, Sergi Capdevila, no atraviesa su mejor momento, como confiesa a Susanna en un momento de máxima sinceridad: "Estos últimos tiempos creo que no han sido buenos", admite. "Yo creo que para él tampoco, ni para mí como padre porque siempre quieres lo mejor para tu hijo", revela con honestidad. El principal motivo que dio pie a este distanciamiento fue el diferente punto de vista del cantante y su hijo con respecto a los planes de futuro de Sergi, quien a sus 19 años está decidido a abandonar los estudios y dedicarse al mundo del espectáculo, como el propio artista cuenta: "Yo no he intentado que él estudie una carrera, ojalá, pero sí que al menos tenga una base para que el día de mañana pueda desarrollar su vocación, pero con ese mínimo que necesitas", explica recalcando lo "difícil" que es la adolescencia. "Eso crea unas desavenencias que desde luego han llegado más lejos de lo que yo me hubiera podido imaginar, pero espero y deseo que el tiempo realmente ponga a cada uno en su lugar", concluye.
Sergi nació en agosto de 1995 fruto de la relación del cantante con Maribel Sanz, que estuvo casada con él durante algo más de tres años. El catalán reconoce que ha tenido pocos periodos de soltería entre relaciones, y cree que "esto ha sido un error". "Ha sido quizá uno de los errores que he podido cometer emocionalmente, enganchar una relación con otra, y ese espacio de tiempo, que ahora entiendo que es natural y bueno para desconectar y oxigenarte un poco... ¿Que igual me costará más ahora convivir con alguien? Seguramente que sí porque también se cogen manías, pero no hay que cerrarse nunca a esto, para nada", afirma el artista, que se define como "muy pasional".
Con Carmen Recio, su manager y expareja, mantiene una estupenda relación. Durante los días de Susanna en casa de Sergio, la presentadora aprovechó para conocer también a su entorno, tomando un café con su amiga María José y con Carmen, para quien el cantante solo tiene buenas palabras: "Representa mucho en mi vida, fuimos pareja durante 9 años. Carmen es de aquellas personas que trabajamos, me pega una mirada y me conoce". Ella, por su parte, bromea afirmando que Sergio es "un desastre" como pareja.
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La entrevista también ha tenido otros momentos más distendidos que nos han mostrado a un Sergio bromista echando la vista atrás y contando cómo era de niño. "¿Tú sabes que yo era gordito? Pero antes era un tirillas. Recuerdo que mi madre me decía 'qué mala cara, te voy a dar una yema de huevo con vino", cuenta. El cantante parece guardar muy buenos recuerdos de su infancia, aunque no le faltan las anécdotas de aquellos años, cuando su madre le ponía esparadrapos en las orejas: "Se ve que sí que funciona. Es verdad, yo tengo fotos que me enseña mi madre y tenía unas orejas como muy salidas", ríe el cantante. Eso sí, el paso de los años a Sergio le ha sentado mejor que bien, y a sus 51 años puede presumir de ser un auténtico galán: "Yo tengo estas arrugas que son de felicidad, de reír, de sonreír, es de expresión".
Actualmente se encuentra centrado en la promoción de Dalma, su último disco. El cantante, cuyo verdadero nombre es Josep Capdevila Querol, reconoce que "hubo una época de mi vida en la que me preocupaba más crecer como artista que como persona"; quizá por eso necesita desconectar de vez en cuando de este álter ego artístico: "El Dalma, como digo yo, llegará un tiempo que se quedará allí, se retirará, dejará un legado que la gente lo valorará o no lo valorará, pero Josep Capdevila se irá a Sanabria o regresaré a mi tierra, a Cataluña, y seguiré disfrutando y sobre todo estando a gusto conmigo mismo". De momento, él mismo lo dice, "estoy en un momento de mi vida que quiero sentirme bien yo".