Después de haber recorrido 4.827 kilómetros en bicicleta cruzando Estados Unidos, haber nadado seis kilómetros y medio en el estrecho del Bósforo y competido en una maratón bajo el abrasador sol africano, Pippa Middleton se ha ganado fama de mujer todoterreno, capaz de superar todo tipo de hazañas. Su último reto superado ha sido terminar con éxito la histórica carrera del Inferno, la prueba de esquí de descenso más larga del mundo, que se disputa cada invierno desde 1928 en el corazón de los Alpes suizos.
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La revista ¡Hola! de esta semana trae en sus páginas un reportaje exclusivo en el que la propia Pippa Middleton narra su experiencia: "Una vez que te has inscrito, no hay vuelta atrás. O eso es lo que me dije a mí misma. El Inferno ha estado en mi lista de asignaturas pendientes, así que decidií unirme al Kandahar Ski Club. Estoy familiarizada con las carreras de esquí de fondo, pero esto ha sido algo nuevo para mí. Nunca antes había intentado tal hazaña con tan poca preparación".
Así comienza el relato de una aventura con momentos endiablados: "Mis piernas estaban ardiendo y me faltaba el aliento. El esfuerzo físico era extremo. '¿Volverás a hacerlo?', me preguntaban repetidamente, 'Probablemente, aunque sólo sea por esa maravillosa sensación en la línea de meta', pensaba yo". Todo esfuerzo tiene su recompensa.