'Truman' se convierte en la gran triunfadora de los Goya
Los Goya 2016
Treinta años no se cumplen todos los días así que hay que tirar la casa por la ventana. El número inicial de esta gala de los Goya, Centro de congresos Príncipe Felipe, ha sido, tal y como ya había avanzado el presentador de la noche, Dani Rovira, algo muy especial. Se ha proyectado un vídeo en el que se han podido ver los momentos más emotivos y divertidos de estos treinta años de premios. Lágrimas, abrazos emocionados y aquellos que ya no están con nosotros han tenido un espacio en este resumen tan especial.
Dani Rovira ha demostrado que además de hacer reir sabe cantar y así ha salido el primero en un número musical que hablaba, como no, de cine. Manuela Vellés, Úrsula Corberó, Macarena Gómez, Bibi Andersen y Silvia Abascal, entre otros, han salido a escena. Dani ha hecho unas rimas, tipo rap, con los títulos de las películas nominadas, actores y actrices que ha sido muy aplaudido. Un número de magia y más baile, sí Dani también baila, dieron el grito de: “Acción”.
Alaska y Rosario salieron sin demora a entregar el premio a la mejor canción que fue para Palmeras en la nieve, de Pablo Alborán y Lucas Vidal. “Muchísimas gracias de corazón a los que me dieron la oportunidad de hacer esta canción” dijo Pablo. “A todos los jóvenes que están viendo la tele para que luchen por sus sueños” comentó Lucas. Únax Ugalde y Cayetana Guillén Cuervo le entregaron a un sorprendido Lucas Vidal otro premio, su segundo Goya, por la banda sonora de Nadie quiere la noche.
Y la historia del Goya al mejor actor revelación pasó por la gran pantalla de la gala y es que a lo largo de estos treinta años han sido muchos los que lo han recogido. María León y Juan Echanove se encargaron de entregar el de este año a Miguel Herrán, un jovencísimo artista de 19 años que ha descubierto la película A cambio de nada. Miguel estaba asombrado y emocionado a partes iguales, casi tan contento como Daniel Guzmán, su director, que le descubrió una noche caminando por la calle. “No me lo esperaba” decía con la voz casi rota. En el patio de butacas, Daniel Guzmán no podía contener las lágrimas, esta es su primera película tras las cámaras. “Gracias a Dani, has conseguido que un chaval sin ilusiones, sin nada que le gusta descubra un mundo nuevo, quiera estudiar y trabajar y se agarre a esta vida nueva. Me has dado una vida Daniel”. Una dedicatoria tremendamente emotiva y sincera, sin duda.
Estos primeros Goya se han entregado a una velocidad de vértigo, pero ahí estaba Dani Rovira para hacer un paréntesis. Y por supuesto poner su toque, su humor tan personal. ¿Qué pasaba hace treinta años? se preguntaba Dani. “Lola Flores hacía su primer crow funding, Raphael se había retirado del cine, Camilo Sesto parecía Camilo Sesto...” y así unas cuantas bromas y recuerdos. Intentó convencer a Tim Robins para que se fuera con él de vacaciones y en un inglés “chapucero” trató de invitarle a un gazpacho. ¡Y se atrevió con el francés para saludar a Juliette Binoche! A la abuela de Dani Guzmán, Antonia, nominada a actriz revelación a sus 93 años, la llamó la nueva Marisol y le preguntó cómo era trabajar con su nieto. Le pidió a Ricardo Darín que hiciera un cubo de rubick y sí, lo intentó. ¡Y lo logró en 30 segundos! La magia de los Goya.
Nadie quiere la noche, dirigida por Isabel Coixet, se llevó el Goya al mejor maquillaje y vestuario y Antón Laguna el Goya a la mejor dirección artística que fue para Palmeras en la nieve. “El mejor premio es este oficio” dijo Laguna. Aura Garrido y Marta Hazas premiaron la mejor dirección de fotografía de Miguel Ángel Amoedo y La novia subió al escenario por primera vez. El mejor montaje fue para Jorge Coira por El desconocido y como mejor director novel fue elegido ¡Daniel Guzmán! por A cambio de nada. Y de nuevo no pudo evitar las lágrimas y se abrazó a su abuela Antonia. “No sabéis lo que es para mí después de diez años de haberlo dejado todo” comenzó. Se lo dedicó a sus padres y a su abuela, protagonista de la cinta, que no pudo evitar las lágrimas de emoción. “Eres mi estrella. Has conseguido hacer con 93 años lo que yo nunca he podido hacer. Este el mayor homenaje que te he podido hacer. Este premio es para ella”.
Antonio Resines comentó todo lo que había conseguido la Academia de Cine en los últimos meses y los proyectos que se están llevando a cabo, aunque tras su breve intervención el turno fue de nuevo para Dani Rovira. Mencionó a los cuatro actores con Oscar (Penélope Cruz, Javier Bardem, Tim Robbins y Juliette Binoche), al premio Nobel, Mario Vargas Llosa, y a los políticos presentes, a estos les instó a reunirse y charlar. El mejor corto de ficción fue El corredor y tras este Goya María Adanez, Manuela Vellés y Javier Rey entregaron a Javier Cámara el premio a mejor actor de reparto por Truman, su segundo “cabezón” (el primero fue el pasado año por Vivir es fácil con los ojos cerrados). “Hace treinta años estaba trabajando en el campo con mi padre” recordó Javier. Mustang fue elegida como mejor película europea y también representará a Francia en la próxima edición de los Oscar.
Adriana y Emma Ozores entregaron su premio más emotivo, el Goya de Honor, a su tío Mariano, que ha dedicado toda su vida a hacer reir. “Te quiero mucho, mucho, mucho tío” comenzó Adriana. “Has conseguido todo en tu vida, una familia maravillosa, el cariño del público, éxito y el reconocimiento de la Academia. Lo más bonito ha sido haberte querido” dijo Emma. Y en un vídeo se recordaron sus papeles más emblemáticos, mientras los aplausos sonaban y no dejaban de escucharse cuando apareció Mariano, casi al borde del llanto al escuchar tanto cariño. “Quiero compartirlo con actores y amigos como Fernando Rey, Alfredo Mayo, Gracita Morales...” y así habló de tantos y tantos que han trabajado con él. Y de nuevo los aplausos ensordecieron sus palabras, mientras él contenía esas lágrimas mezcla de orgullo y felicidad.
Los mejores efectos especiales fueron para Anacleto, agente secreto, un premio que llegó tras un número de magia de Dani Rovira y el mago Jorgue Blas. El desconocido se llevó otro Goya, el de mejor sonido, y Nadie quiere la noche también repitió con el mejor diseño de vestuario. Y el Goya a la mejor actriz revelación fue para... Irene Escolar, por Un otoño sin Berlín. La saga familiar de los Gutiérrez Caba continúa en ella y es que lleva la interpretación en los genes, es la sexta generación ya. “Gracias por pensar que yo merezco este reconocimiento” dijo sin contener apenas la emoción y se acordó de su familia, de los que “están y los que no”. Por poco no llega Irene a vivir este momento ya que apenas a las siete de la tarde estaba viajando a Madrid desde Zaragoza, tras finalizar su trabajo en el teatro. El premio a la mejor película iberoamericana fue para El clan, cinta argentina.
Dos números musicales, uno a cargo de Serrat y otro entonado por Rovira y Berto Romero, una particular versión de Mujer contra mujer, de Mecano, desataron la locura. Y llegó el momento del encuentro entre Dani, Penélope Cruz y Javier Bardem. El cómico besó a Penélope, con la que protagonizó uno de los spots de los Goya, cantando When a men loves a woman y charlaron un poco sobre la película por la que está nominada Ma ma. Pero el tiempo vuela y había que entregar otro premio. Luisa Gavasa fue elegida como mejor actriz de reparto y La novia sumó dos Goyas. “Paula, de tu mano he llegado hasta aquí, te lo agradezco profundamente. El premio más importante de mi vida está sentado ahí, se llama Pablo y es mi hijo” dijo muy emocionada y es que a pesar de su extensa carrera es su primera nominación y primer Goya.
El mejor corto documental fue Hijos de la tierra y la mejor película documental fue Sueños de sal. El Goya a la mejor dirección de producción fue para Nadie quiere la noche y la cinta de Coixet ya sumaba tres. Y el mejor cortometraje de animación fue Alike, mientras que el largometraje de animación ganador fue Atrapa la bandera. Tras ese momento en que se recuerda a aquellos cuya luz este año se ha apagado, uno de los más emocionantes, Mario Vargas Llosa salía a escena, ante la atenta mirada de Isabel Preysler, para entregar el galardón al mejor guion adaptado. Y el afortunado ha sido Fernando León de Aranoa por Un día perfecto y, su sexto Goya. “Hace mucho que no estaba aquí” comenzó (el último Goya se lo llevó en 2007 al mejor documental, Invisibles). Se lo entregó también a Cesc Gay por Truman, que ganó en la categoría de mejor guion original.
El broche de oro lo ponían las categorías principales. La mejor actriz fue ¡Natalia de Molina! No se lo podía creer, su carrera apenas despegó hace dos años con Vivir es fácil con los ojos cerrados, recogió el Goya a la actriz revelación, y ahora se consolida con su papel en Techo y comida. “¿Esto es de verdad?, me están pasando cosas como de película. Yo ya estaba contenta porque iba a ver en persona a Juliette Binoche” dijo con la voz rota de los nervios. “El cine también gana cuando se le da más espacio a las mujeres, si algo tenemos en común es que amamos el cine. Mamá, me acuerdo cuando te llamé por teléfono asustada porque me daba miedo no estar a la altura de lo que se esperaba” y trataba de seguir con los nervios que casi no la dejaban hablar.
Y el Goya al mejor actor protagonista es para... Ricardo Darín por Truman (era su cuarta nominación), que saludó a cada uno de sus rivales antes de dar su discurso. “No podía dejar de saludar a tremendos actores. Las películas no compiten entre ellas y los actores tampoco, sumamos. Aplaudo a los que hemos estado nominados”. Sólo quedan la mejor dirección y la mejor película: la emoción está en el máximo nivel. Y las quinielas se equivocaron, el ganador fue Cesc Gay por Truman, y también esta se ha llevado el premio a la mejor película. Cinco Goyas de seis nominaciones, sin duda este título ha sido el gran triunfador de una velada en la que los galardones han estado de lo más repartidos.
A modo de pequeño resumen: Truman, cinco premios, Nadie quiere la noche, cuatro, La novia, que se perfilaba como la gran triunfadora, se quedó con dos, A cambio de nada, también dos. El gran final lo puso Dani Rovira llamando a todo el equipo que hizo posible esta fiesta para hacer una gran foto de familia. Y se acabó, ¡hasta el año que viene!