Más de dos décadas de amor que desgraciadamente han quedado truncadas por la enfermedad. Céline y su marido René habían celebrado el pasado 17 de diciembre su 21º aniversario de boda, una fecha muy significativa que daba una buena muestra de lo sólida y verdadera que era su unión, una relación en la que la diferencia de edad que les separaba (él tenía 73 años y ella tiene 47) nunca había sido un obstáculo.
René, también canadiense, natural de Montreal, comenzó con apenas 20 años en el negocio musical con el grupo pop Les baronets, que luego se separaría. Entonces Angélil comenzó una exitosa andadura como productor musical. En 1966 se casó con Denyse Duquette, con la que tuvo a su hijo Patrick. Tras divorciarse en 1973, se casa con la cantante Anne Renée Kirouac, con la que tuvo a sus otros dos hijos Jean-Pierre y Anne-Marie. Se divorciaron en 1980.
Céline, natural de Québec, en Canadá, destacó por su gran voz desde que era una niña. René descubrió en ella el gran talento que un día la llevaría a ser una estrella y se convirtió en su manager. Fue en 1980 cuando escuchó una demo de una canción que Céline había compuesto con su madre (ella tenía entonces 12 años). Tanto confiaba en ella que incluso hipotecó su casa para financiar el primer disco de la artista La voix du bon Dieu (1981). Céline pronto conquistó su país natal, pero su talento estaba destinado a ir más allá y siempre de la mano de René.
Se hizo un hueco en Europa tras ganar representando a Suiza en el festival de Eurovisión, en el año 1988, aunque su objetivo americano aún tardaría un par de años en hacerse realidad. Tras cambiar su apariencia, aprender el idioma y seguir las directrices de su manager y productor musical, Céline lanzó Unison. Su tercer disco The colour of my love (1993), se lanzó cuando dieron a conocer que estaban enamorados y que la diferencia de edad que les separaba no era un problema para ellos. En 1994 se casaron en una ceremonia que fue retransmitida por la televisión canadiense.
La carrera de Céline subía como la espuma pero en 1999, cuando a René le diagnosticaron por primera vez cáncer de garganta, la artista decidió hacer un parón para dedicarse a él y formar una familia. Estuvo dos años retirada de los escenarios y en este intervalo, en 2001, tuvieron a su primer hijo, un “bebé milagro” como le llamaron puesto que nació gracias a un tratamiento de fecundación. René-Charles, a quien sus padres presentaron en las páginas de ¡HOLA!, llenó a la pareja de felicidad. “René, mi marido, rebosa orgullo. Jamás le había visto así en todos los años que le conozco” declaró en las páginas de nuestra revista.
Con René ya recuperado y cuando su pequeño tenía un año, Céline retomó su carrera. Siguió acumulando éxitos y la pareja aumentó la familia: en 2010 nacieron sus gemelos Eddy y Nelson, a quienes presentaron también en exclusiva en ¡HOLA! Pero el destino les deparaba de nuevo una dura prueba. En diciembre de 2013, René tuvo que ser operado de un tumor en la garganta y de nuevo Céline, a mediados de 2014, tomó la decisión de dejar su carrera en suspenso para estar con él y luchar juntos.
“Le hemos preguntado al doctor muchas veces, cuando tiempo tenemos, ¿tres semanas, tres meses? René quiere saberlo, pero nos dicen que no lo saben” declaró Céline a USA Today. Unas desgarradoras declaraciones que reflejaban la preocupación y la gravedad de la situación que atravesaban. “Me asusta perderle, porque es malo. Pero tengo que demostrarme a mí misma, a mi marido y mis hijos que soy fuerte y que estamos bien”.
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En 2015 retomó sus actuaciones en Las Vegas, sin dejar de ocuparse ni un segundo de su marido. Le cuidaba cada día, tal y como declaró la artista en algunas entrevistas, en las que hablando de su situación no podía evitar emocionarse hasta las lágrimas. Con valentía, afrontaron la dura prueba que les había puesto la vida, una batalla que por desgracia no han podido ganar.