No se dieron detalles de la enfermedad que le había costado la vida cuando se conoció la noticia de su muerte. Se dijo únicamente que David Bowie había estado 18 meses luchando contra un cáncer. Ha sido ahora, días después, cuando el director teatral belga Ivo Van Hove, que trabajó con él en la producción de Lazarus, espectáculo de Broadway sobre su música, ha declarado a una radio holandesa que Bowie tenía cáncer de hígado. “Vi a un hombre luchando. Luchó como un león y siguió trabajando a pesar de ello. Le tuve un gran respeto por eso” dijo Van Hove en la emisora NPO Radio 4.
Parece que sólo sus allegados conocían la dolencia que padecía el artista, que permanecía alejado de la vida pública desde hacía varios años. Ivo comenta que los músicos que estaban trabajando con él no lo sabían y que lo que Bowie quería era terminar los proyectos que tenía en marcha a tiempo (su último disco vio la luz sólo tres días antes de su muerte). “Estaba muy débil y cuando salía del escenario tenía que sentarse. Luego decía: hagamos una segunda toma, así que tenía suficiente energía mental para seguir” declaró Ivo a The Times.
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“No era una lucha para no morir, era para vivir, quería seguir viviendo. Tenía una hija de 15 años y quería seguir, pero no era físicamente posible” explicó Van Hove, contando sus sensaciones al haber compartido con el artista los últimos momentos de su vida. “Se dijo que estaba bien y muy sano. Pero fuera de los focos, se caía del cansancio. Fue cuando supe que podría ser la última vez que le veía” contó Ivo acerca de su presencia en el estreno de del musical Lazarus, en Nueva York, la última vez que se le vio en público el pasado mes de diciembre.
La biógrafa del músico, Wendy Leigh, ha declarado sin embargo a la BBC que sus problemas de salud iban más allá. “No luchaba solo contra el cáncer. Tuvo seis infartos en los últimos años. Lo supe de alguien muy cercano a él” explicó Leigh. El productor Brian Eno, que trabajó con él en tres discos, comentó que Bowie le escribió hace poco un correo que finalizaba con las palabras: “Gracias por los buenos tiempos, Brian”. Lo que ahora entiende que era una especie de despedida.
David Bowie falleció el pasado fin de semana tras una dura lucha contra la enfermedad, dejando tras de sí un gran legado musical y personal, además de una legión de fans inconsolables.