Rocío Crusset está consiguiendo poco a poco que su nombre sea reconocido haciéndose un hueco en el mundo de la moda. Casi de un día para otro, la hija de Carlos Herrera y Mariló Montero se ha convertido en una de las grandes promesas de nuestro país, desfilando para grandes marcas, protagonizando importantes editoriales y siendo imagen de las campañas publicitarias de algunas firmas. Sin embargo, la pareja de periodistas tiene otro hijo que es, sin duda, el más desconocido de la familia.
La última vez que vimos a Alberto Herrera en un acto público fue a finales de 2014 cuando acompañó a su madre en la presentación de su libro. Sin embargo, entre estas dos imágenes ha pasado más de un año y es evidente el gran cambio que ha experimentado el hijo mayor de Carlos y Mariló.
Gracias a su perfil personal de las redes sociales y al de su hermana, hemos descubierto cuáles son sus aficiones, sus pasiones y algunas de las personas con las que comparte su vida. A juzgar por las imágenes que comparte día tras día, a Alberto, que se ha dejado bigote y el pelo largo, parece que le gusta (y mucho) la adrenalina y es fan incondicional de los deportes de aventura.
Su Instagram, que abrió hace poco más de ocho meses, está lleno de fotos en las que sale haciendo deporte. Así, es habitual verle practicando wake board (esquí acuático), una disciplina que parece que domina y por la que siente verdadera devoción.
También suele compartir muchas fotos de motos, otra de sus pasiones, y otras en las que presume de hermana, demostrando lo unido que está y la estrecha relación que mantiene con Rocío. "Pedí un ferrari... Y me lo han traido!!!", escribió dedicándole un precioso piropo a su hermana. "Es mía y solo mía", publicó en otra ocasión.