La Navidad es tiempo de celebraciones en compañía de los seres queridos en todos los hogares y palacios del mundo. Este fin de semana hemos sido testigos de las primeras reuniones familiares de la realeza y de sus más allegados. Como viene sucediendo desde el relevo en el trono, la familia del rey Juan Carlos volvió a darse cita en casa de doña Pilar de Borbón para festejar la cena de Nochebuena.
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El domicilio de la hermana de don Juan Carlos volvió a convertirse en el punto de encuentro de los Borbón. Antes de la sucesión, cuando Juan Carlos I era Rey, las cenas de Nochebuena se hacían en el palacio de la Zarzuela, pero desde que Felipe VI cogió el testigo de su padre, las hermanas y los sobrinos del antiguo soberano han trasladado la reunión del 24 de diciembre a la residencia de doña Pilar, donde se juntan todos.
Se esperaba en un principio que acudieran también el rey Juan Carlos y la infanta Elena, pero finalmente no sucedió así, si bien el año pasado don Juan Carlos y doña Sofía cenaron en Nochebuena junto a doña Elena y sus hijos en la residencia de la hermana mayor. Tampoco celebraron allí la velada los reyes Felipe y Letizia, quienes ya el pasado año pasaron estas entrañables fechas en el Palacio de la Zarzuela junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía.
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Quiénes no faltaron a la celebración fueron los hijos de doña Pilar, Simoneta, Juan, Beltrán, Fernando y Bruno Gómez-Acebo. Haciendo gala de su sentido del humor, Bruno llegó preparado para la fiesta luciendo una llamativa peluca rubia, junto a su mujer, Bárbara Cano, y sus hijos, que llevaban unos simpáticos gorritos de Santa Claus.
La modelo Laura Ponte, exmujer de Beltrán, sigue manteniendo una estrecha relación con toda la familia y compartió mesa también con los Borbón en la señalada ocasión. La ahora empresaria se presentó con sus hijos, Luis y Laura, luciendo su imagen habitual con el pelo recogido en un moño y un abrigo con ribetes de piel.
Asimismo destacó la presencia de doña Margarita de Borbón, hermana pequeña de don Juan Carlos, junto a su marido, Carlos Zurita, y su hija, María Zurita, que la ayudaron a salir del coche y la guiaron hasta la casa, sujetándola cada uno de un brazo. La Duquesa de Soria, tan amable como siempre, se detuvo unos instantes para saludar a los medios de comunicación allí presentes antes de entrar con decenas de regalos para los miembros de la familia, que decorarían el árbol hasta la llegada de Papá Noël.