“Hoy por ti, mañana por mí”. Este refrán bien podía haberse convertido en una máxima en la casa de la familia Beckham. Si durante años David Beckham fue una auténtica "mina de oro" como futbolista, mientras Victoria dedicaba la mayor parte del tiempo a sus hijos, ahora es la ex Spice Girl la que se ha convertido en una máquina de hacer dinero.
Según las cuentas –a las que ha tenido acceso el diario británico The Telegraph- del imperio de moda creado por Victoria en el último ejercicio ha incrementado sus ganancias en más de doce millones de euros, que se suman a los casi 35 millones de euros que facturó el año pasado. Un total de 34 millones de libras o 46.727.509 de euros.
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Mientras las empresas de David –que principalmente gestionan los derechos de imagen del que un día militara en las filas del Real Madrid- se encuentran en torno a los veintitrés millones y medio de euros de ingresos. Adidas, Diageo, H&M, Breitling, Jaguar, China Auto Rental o Sky Sports reclaman su imagen. Algo que no está nada mal para un deportista retirado que ha sabido proveerse de una auténtica jubilación de oro.
Viendo estas cifras no cabe duda de que la carrera como diseñadora de Victoria es ascendente y que lejos quedan los días en los que se mudaba de Londres, a Madrid, Los Ángeles, Milán o París, siguiendo la gloria del astro del balón, con algún encuentro esporádico -pero muy exitoso- con las Spice Girls y coqueteando con el diseño y la imagen. Desde el lanzamiento de su firma en el año 2008, ella ha obtenido un éxito meteórico como "working girl". En solo tres años fue nombrada la Diseñadora del Año en los Premios de la Moda Británica y en el 2014 obtuvo el galardón de Empresaria del Año. Además ha abierto su tienda online, tienda física en Londres -en cuyo primer aniversario se pudo brindar con el whisky escocés creado por David- y tiene diversos proyectos en Estados Unidos, Oriente Medio y Hong Kong.
Las cuentas que muestra el citado medio dejan ver que el matrimonio reestructuró sus negocios y los agrupó en Beckham Brand Holdings, de la que obtuvieron 4’1 millones de euros en dividendos cada uno. Lo que no impide que cada negocio crezca de forma diferente y tenga sus peculiaridades, puesto que mientras el diseño requiere de más ingresos e inversión y se somete a los vaivenes del mercado, las empresas de David tienen ingresos más estables y costes bajos, ya que él parece ser su mejor producto.
Y volviendo al refranero… “De tal palo, tal astilla”. Con unos padres con David y Victoria no es de extrañar que la nueva generación Beckham produzca ingresos antes de cumplir los dieciocho años. Deseosos de compartir su éxito con sus hijos, el matrimonio lleva un tiempo permitiendo que sean ellos los que comiencen a brillar con luz propia y si Brooklyn se está convirtiendo en un chico de portada, Romeo es imagen de Burberry. Todo ello sin descuidar su posible carrera como futbolista, igual que su hermano Cruz, y teniendo en la pequeña Harper toda una “it-girl” en miniatura que puede suceder a su madre en un imperio que abarca desde la ropa, hasta los zapatos, bolsos, perfume o maquillaje.