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Primero nació Francisco, luego fue Alberto y, ahora, ha sido Ana la que ha venido al mundo. La tercera nieta de Isabel Pantoja –fruto de la relación de su hijo Kiko Rivera con Irene Rosales- llega a la vida de la artista como un rayo de luz justo cuando se cumple el que probablemente puede ser el año más difícil de su vida.
Fue el 21 de noviembre de 2014, después de unos meses de larga y tensa espera, además de tratar de evitar por todos los medios la pena de cárcel, cuando Isabel Pantoja ingresó a las ocho de la mañana en la prisión de Alcalá de Guadaira, para cumplir una pena de dos años de prisión impuesta por la Audiencia de Málaga por un delito de blanqueo de capitales derivada del “Caso Malaya”. A los pocos días de ingresar en prisión, se desató una polémica por unos supuestos tratos de favor a la artista.
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"Desde aquí donde estoy, a todos los que me apoyáis y me queréis, os deseo Feliz Navidad. Os mando mi corazón. Mucha salud y suerte. Gracias por vuestro apoyo. Os quiero con todo mi corazón. Nos vemos pronto. Isabel Pantoja". Su primer mes en la cárcel coincidía con su primera Navidad apartada de los suyos, la artista no se olvidaba de sus seguidores y les enviaba este mensaje a través de las redes sociales de su hijo Kiko, que calificaba las fiestas del 2014 como las más tristes de su vida.
El nuevo año continuó siendo una prueba de obstáculos para Isabel Pantoja, mientras en el exterior sus hijos intentaban rehacer su vida. Isa Pantoja se marchaba en enero a vivir a Londres junto a su hijo y su novio buscando alejarse de una situación familiar complicada, un mes más tarde Kiko ingresaría en Gran Hermano Vip dando pie a nuevos enfrentamientos.
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Muy sonriente y tirando besos, Isabel Pantoja sale de prisión
La primavera traería una de cal y una de arena para la familia. “Está todo en venta, también Cantora”, decía Kiko Rivera en un programa de televisión, cuando en marzo comenzaban las mudanzas en las propiedades de Isabel Pantoja, con el fin de hacer frente a una multa que ascendía a 1.147.148 euros. Tras un cruce de acusaciones, los hijos de Isabel se distanciaron por un tiempo y la cantante vio desde la cárcel cómo vivían la Semana Santa cada uno por su lado. Las buenas noticias llegaron con el ingreso de Isa en el reality show Supervivientes, del que casi resulta ganadora, y se multiplicaron en mayo cuando Kiko anunció que esperaba a su segundo hijo y que en el 2016 se casaría con Irene Rosales. “¡Esta noticia le ha dado la vida!”, aseguró el DJ refiriéndose a su madre.
El 1 de junio, seis meses después de ingresar en prisión, Isabel disfrutó de su primer permiso penitenciario. Sonriente y tirando besos la artista puso rumbo a su finca de Cantora en donde estuvo rodeada de sus seres queridos. Este sería el primero de los cuatro permisos ordinarios dentro del segundo grado que recibiría la cantante antes de conseguir el tercer grado penitenciario. Sin embargo, el 5 de agosto, el mismo día que tenía que regresar a la cárcel después de disfrutar del segundo permiso, era ingresada en un hospital Infanta Luisa de Sevilla debido a la nefropatía diabética que padece.
Tras veinte días en el hospital, Isabel Pantoja regresaba a prisión mientras que sus abogados solicitaban la suspensión de la pena de cárcel, amparándose en una reciente modificación de la norma penal que otorga mayor discrecionalidad a los jueces y tribunales para concederla. El tribunal que la condenó pidió a la fiscalía un dictamen que llegó en septiembre y fue negativo.
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Isabel Pantoja solicita la suspensión de su pena de cárcel
Cuando las cosas parecían no poder empeorar para la familia, el otoño traía un nuevo trago amargo con Isa Pantoja en el punto de mira. “No quiero ni oír hablar de un encuentro con mi madre biológica. Yo solo tengo una madre, que es Isabel”, dijo rotunda la joven respondiendo así a las informaciones. Sobre la complicada situación que atravesaban entonces, Isa añadió: “Me voy a ir de España, y a mi madre también le gustaría irse... No podemos más”.
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Tenían que ser las vísperas navideñas las que devolvieran a Isabel Pantoja la ilusión y la esperanza. El 4 de diciembre la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Málaga concedía el tercer grado a la intérprete, lo que permite a la artista desde el domingo 13 salir de la cárcel teniendo que ir a dormir a la prisión de lunes a jueves y salir días completos de viernes a lunes. Si ya la noticia era inmejorable para la artista, que ha estado poco más de un año en la prisión de Alcalá de Guadaira, a esto se suma el reciente nacimiento de Ana Rivera Rosales: su tercera nieta y la primera niña de una nueva generación de la familia Pantoja.
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