En casi todo el mundo, las calles se han llenado ya de luces y adornos que huelen a Navidad. Muñecos de nieve, renos, Papa Noeles gigantes, luces brillantes... todos los rincones de las ciudades se han iluminado con el espíritu que estos días invade los corazones. Se acercan días para reunir a la familia en torno a una mesa y para hacer balance de un año 2015 que está a punto de echar el cierre.
Incluso las mansiones más famosas del mundo se han puesto sus mejores galas, no hay más que ver sino la Casa Blanca, que estos días brilla más que nunca. No son sólo los grandes árboles sino los pequeños detalles que giran en torno al tema de A timeless tradition (refleja las tradiciones que se llevan a cabo alrededor del territorio y conmemora algunos acontecimientos ocurridos en el país). Réplicas de la Casa Blanca en gengibre con pequeñas figuras, máquinas de caramelos que dentro tienen una representación de un bosque en miniatura... ¿Quieres ver cómo han decorado la Casa Blanca?
Los muñecos de la casita de gengibre parecen comestibles, ¿se atreverá alguno de los visitantes a incarles el diente?
¿Una gran Casa Blanca de gengibre? ¿Y por qué no? Todo es posible en este despliegue de adornos que incluso cuenta con pequeñas figuritas que se acercan a las puertas de esta pequeña miniatura
Una máquina de caramelos está en un rincón del comedor de Estado y tiene dentro miniaturas de una diligencia, árboles de caramelo, casitas de chocolate y pequeños regalos. La pega es que al meter la moneda no va a caer nada... ¿o sí?
Los abetos que están en los pasillos de la Casa Blanca están cargados de grandes bolas de colores brillantes, enormes puntos de atención para todo el que pasa por estos pasillos
¿Copos de nieve caen desde el cielo o son sólo estrellas de papel? Si entornamos los ojos es como si ya hubiera empezado a nevar en Washington...
En la entrada del ala este hay un trineo con pingüinos hechos de lo que parece una especie de cartón, un símbolo quizá del frío que caracteriza al invierno que se vive precisamente en la Costa Este del país
En el comedor de Estado, dos grandes árboles flanquean la chimenea y, a sus pies, es como si Papa Noel hubiera pasado ya por allí, se acumulan grandes juguetes como un oso de peluche, dos soldaditos y un tren cargado de ilusión
¿Quién dice que la decoración sea sólo de interior? El jardín de la Primera Dama también se ha vestido de Navidad y, aunque no hay nieve aún, sí que hay muñecos que, tal vez dentro de algunas semanas sean sustituidos por sus hermanos que se derriten
Arcos de bolas y campanas de Navidad decoran uno de los pasillos principales de la casa: es como pasar debajo de un pasillo de ramas y hojas artificiales
Las mascotas de los Obama, sus perros Sunny y Bo, no se podían quedar si su adorno. Este rincón está dedicado a ellos, que son casi tan famosos como sus dueños