Lady Gaga es bien conocida por su gusto por la extravagancia. Modelos imposibles, combinaciones explosivas, looks rompedores... Así es como se presentaba ante sus little monsters cuando pisaba con fuerza el escenario, ella misma era una perfecta carta de presentación de su música en la que sonido y estética iban de la mano. Sin embargo, inquieta y polifacética, tal vez por influencia de Taylor Kinney, su prometido, a esta "aristócrata de la canción" le picó el gusanillo por probar algo nuevo.
Se embarcó así en el rodaje de una serie de televisión tan original y extraña como ella misma. American Horror Story despliega un abanico de personajes terroríficos e inusuales, que despiertan por igual miedo y emoción, y entre los que se cuela esta cantante. El personaje de Elizabeth “la condesa” está hecho a su medida: oscuro, seductor y mortal. Sin duda, sólo para ella.
En sus últimas apariciones públicas, en apenas dos meses, quizá porque en este caso quiere dejar que sea su alter ego quien se lleve el mérito, Lady Gaga ha moderado su atrevido estilo. Más sobria, en ocasiones hasta elegante, con un peinado pulido, menos maquillaje... más normal en definitiva. Conjuntos de pantalón y chaqueta, jerseys de cuello alto, vestidos largos con mangas, han sido sus must.
No quiere decir esto que no se permita alguna que otra licencia del pasado, como rotos en sus medias de rejilla o divertidas asimetrías. ¿Será que ahora que va a casarse ha decidido dar un giro a su yo público? ¿Tal vez está pensando en comenzar una carrera como actriz dadas las buenas críticas que ha tenido en su debut? Ella tiene la respuesta.