A corazón abierto. Así ha hablado Cayetano Martínez de Irujo en una entrevista que se ha emitido en el programa de Risto Mejide, donde se ha sincerado acerca de su vida ahora que está a punto de cumplirse un año de la muerte de su madre, la Duquesa de Alba (el próximo 20 de noviembre). Cayetano ha hablado de temas como el patrimonio de la Casa de Alba, el funeral de su madre, recordó su juventud y habló también del último marido de doña Cayetana, Alfonso Diez.
“Ha sido un año muy difícil, ya estoy con todo bastante encarrilado” dijo sobre estos meses. “La pérdida de una madre es muy dura, la pérdida de una madre como la mía, que es un personaje histórico, duplica eso” comentó. Sobre el patrimonio familiar, Cayetano dijo: “El capital que la gente se piensa que tenía la Casa de Alba y que lo tendría en la época de mi padre, pues se ha ido manteniendo ese patrimonio, mejorándolo, reconstruyendo un palacio, etc, y ha sido todo de las arcas privadas de la Casa de Alba”. Sobre la próxima apertura al público del palacio de Dueñas en Sevilla, explicó: “Ahora se va a abrir en Sevilla, mi hermano con buen criterio. Una cosa que es una obligación y respetaron en vida de mi madre, porque esa era su casa personal y ella sentía que no debía hacerlo porque era suyo”.
Acerca del patrimonio y la herencia de la Casa de Alba, comentó: “Se ha reducido bastante y por una cuestión familiar es duro de aceptar que el mayor se lleva la mayoría y todo lo más importante. Eso es duro y entiendo el sentimiento que se ha tenido”. Dijo que hablaba en general porque él no había tenido tanto ese pensamiento. “Yo no tanto, porque mi madre me encomendó una misión muy bonita que creo que he cumplido más que suficientemente bien, de ayudar a mi hermano Carlos en la gestión de la casa. Primero empecé en la parte agrícola y luego en todo lo demás y creo que la he cumplido francamente bien”.
El presentador de Al rincón le preguntó si le parecía justo que su hermano hubiera recibido la mayoría de bienes a lo que Cayetano respondió: “Para qué me lo voy a plantear si desde que he nacido tienes inculcado que hay un primogénito”. No cree que debería haber cambiado. “Mi madre lo quería así hasta ella fue así y yo he nacido y vivido con eso. Y me lo tomé como mío cuando me encomendó ayudar a mi hermano, jamás le quité el más mínimo protagonismo porque él es el que es, es el mayor, el Duque de Alba”.
El hijo de la Duquesa habló sobre el que fue el último marido de su madre, Alfonso Diez, al que definió con muy buenas palabras. “Bueno no, Alfonso es excepcional. Y lo digo hoy en día. Como cada dos semanas con él, le adoro, es inteligente, sencillo y discreto. En todo momento ha acompañado a mi madre, la ha querido, ha sido un compañero como no hubiera tenido otro mejor. La ha hecho feliz en los últimos años de su vida, además siempre conciliador, siempre ayudando, siempre defendiendo...”. Dijo que cuando se enteraron de las intenciones de su madre de casarse no se lo tomaron bien y que fue un “shock”, pero alabó su comportamiento. “Pasar de funcionario a la posición que pasó él, en ningún momento pidió nada extra, fue todo lo contrario a Jesús (Aguirre). Jesús entró en una aureola, que es normal, un poco de la fascinación por ser el Duque de Alba y entonces se comportó como tal”.
Explica que cuando cumplió 18 años, tuvo que escoger qué camino seguir y no fue algo fácil: “Jesús Aguirre me dijo que yo nunca iba a trabajar para la casa. Yo quería ser ingeniero agrónomo y llevar el campo, precisamente lo que luego me encomendó mi madre, ella creo que no se olvidó, fue una mujer muy justa”. Entonces decide dedicarse al deporte: “Yo estaba en mucha pugna con él (Jesús), me lo dijo y en ese momento decidí ser jinete, que es lo que había sentido desde los 16 años y era lo que me gustaba hacer. Decido ser jinete y piensan que uno de los deportes que he hecho como parte de educación lo quiero tomar como profesión y no se lo creían para nada, me tomaron por loco”. Comenta que cuando llegó a la olimpiada de Barcelona fue cuando su madre reconoció su trayectoria. “Desde ahí a la olimpiada de Barcelona, todo ese camino me lo hice solo y sin ninguna ayuda. A partir de ahí mi madre y el reconocimiento, fue un cambio radical porque dijo cómo ha llegado este aquí”.
Antes de fallecer Jesús Aguirre, Cayetano se reconcilió con él, un momento que recuerda con mucha emoción. “Un día antes de morir fui a su cama, no lo he contado nunca, tuvimos una conversación impresionante me hizo llorar y me dijo que le perdonase por cómo se había portado conmigo de joven” y siguió explicando lo que le había dicho: “Que él no había entendido en ese momento lo que era una familia y que yo le había demostrado con creces que era muy diferente a lo que él se había imaginado erróneamente”. Dijo, con la voz un tanto entrecortada, que se emocionaba al recordarlo.
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Los hijos de la Duquesa de Alba recuerdan a su madre unidos y con una sonrisa
Cayetano pensó en el funeral de su madre, hace casi un año, y confesó que no le había gustado que no asistieran los Reyes: “Me pareció mal. Vino la infanta doña Elena que siempre ha sido enormemente cercana y cariñosa con nosotros. Me sentó mal, a mí personalmente me pareció mal”. Recordó que su madre era muy monárquica y tenía el sentimiento de “pase lo que pase, todo por el Rey”. “Por este rey mucho más y por su padre más todavía”. Alabó a continuación el trabajo que está haciendo don Felipe. “Siento que lo está haciendo muy bien, siempre le he tenido mucho cariño desde pequeños a Felipe, y estaba seguro de que lo iba a hacer bien” y añadió: “Me parece que don Juan Carlos ha hecho un servicio a España incalculable, la reina Sofía igual”.
El hijo de la Duquesa de Alba se recupera estos días de una operación por problemas intestinales, sobre lo que sus hermanos Fernando y Carlos han comentado que está “estable” y “muy bien atendido”.