La mañana en la que se cantó flamenco ante el Papa

Por hola.com

El Papa se ha reunido con cerca de 5.000 gitanos venidos de todo el mundo, entre ellos 400 de España. Durante la audiencia del Pontífice al pueblo gitano hubo varias exhibiciones de flamenco, una de las más destacadas la de la cantaora María José Santiago y el guitarrista Francisco López Cepero. Tras su canción, María José se acercó al Papa para abrazarle y exclamar ante el micrófono: "España lo quiere". Después, la cantaora pidió permiso para cantar otra canción que no estaba prevista, entonando entonces Carita divina.

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Pero la voz de María José Santiago no ha sido la única que ha sonado ante el papa Francisco en el aula Pablo VI. Juan Peña, bloguero de HOLA.com, también ha cantado. Según ha contado en sus redes sociales, la cantaora le ha brindado la oportunidad de cantar con él en un día tan especial. "Gracias María José Santiago por darnos esta oportunidad junto a ti. Eres muy grande", ha escrito junto a este vídeo. En declaraciones a HOLA.com, Juan ha dicho que ha sido "una experiencia única e irrepetible cantar delante de su Santidad".

Un vídeo publicado por Juan Peña (@juanpenaoficial) el

En declaraciones a HOLA.com, Juan ha dicho que ha sido "una experiencia única e irrepetible cantar delante de su Santidad". Además de cantar Carita divina, el cantante ha interpretado junto a María José Santiago la plegaria de San Seferino, que es el único santo gitano que existe en la historia.

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Juan está viviendo un gran momento profesional y, sobre todo, personal. El 8 de septiembre se convirtió en padre por primera vez de un niño, Tristán, fruto de su relación con Sonia González. "Cuando lo cogí por primera vez comencé a llorar, y después empecé a cantarle. Noté ese olor que tienen los bebés y veía que me miraba fijamente... Es algo indescriptible", dijo el cantante a la revista ¡HOLA!.

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El encuentro del papa con el pueblo gitano ha sido organizado por el Pontificio Consejo de los Migrantes e Itinerantes, con ocasión del 50 aniversario de la considerada histórica visita de Pablo IV a un campo de gitanos en Pomezia, a las afueras de Roma.