No es frecuente ver a un político en un programa de televisión que no sea puramente informativo, por eso cuando El Hormiguero invita a alguno, todo es posible. Hasta el plató capitaneado por Pablo Motos se acercó Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, para mostrar una de sus facetas más desconocidas y divertidas, al menos para el público. Y es que, espontánea y sin reparos, se unió el equipo del programa para bailar la pequeña coreografía con la que siempre arrancan tras haberle comentado a Pablo que le gustaría hacerlo. Claro, el presentador no pudo resistirse y la repitieron con ella.
Al ritmo de Uptown Funk, de Bruno Mars, Soraya se movió, saltó y se convirtió en una más del equipo,tras haber respondido a una entrevista en la que hubo de todo. Hablando de su trabajo, Soraya comentó que en su cargo “tiene una sensación de responsabilidad, adrenalina y en ocasiones también ansiedad” y comentó algunos de los temas que más preocupan actualmente. Aseguró que cree que hacer un servicio público y cambiar las cosas es bonito, aunque no es agradable que metan a todos los políticos en el mismo saco, aunque lo entiende (refiriéndose al tema de la corrupción).
Soraya habló también con simpatía de algunos temas personales, desvelando algunas anécdotas de su día a día. Dijo que es "un poco marchosa", aunque tiene pocos días para salir de fiesta y que de vez en cuando ejerce de improvisada DJ. "Cuando pincho siempre me dice Rajoy, música de los 80 de la mala que es la que mejor se baila", anécdota que contó con humor. Aseguró sin embargo que no se puede quedar bailando hasta el amanecer ya que su hijo se despierta muy temprano.
El baile de Soraya se convirtió, a las 22:31 horas, en el "minuto de oro" según los datos de audiencia facilitados por la cadena, lo que supuso que un total de 4.754.000 espectadores estaban viendo la televisión en este momento.