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Su historia de amor ha desafiado los embates del destino y ha cumplido ya tres lustros. Desde que comenzaron su relación Rocío Carrasco y Fidel Albiac no se han separado, convirtiéndose en el mejor apoyo el uno para el otro. Y pruebas no les han faltado en el camino.
Fue en el verano de 1999 cuando sus caminos se cruzaron. Él salía con una de sus amigas, Rocío Mestre, y ella estaba atravesando una profunda crisis en su matrimonio, que finalizó en otoño con el anuncio de la ruptura. Una vez que ambos estuvieron sin pareja, comenzaron a verse más a menudo, aunque la confirmación de su noviazgo tardaría aún unos meses. La familia de Rocío no conoció a Fidel hasta febrero del año siguiente, en el 2000, cuando se produjo el grave accidente de tráfico que mantuvo a Rocío en el hospital durante varias semanas, dada la gravedad de sus lesiones (tenía un traumatismo craneoencefálico). Fidel no se separó ni un momento de su lado.
Tampoco después cuando Rocío tuvo que hacer frente a la inmensa tristeza de perder a sus padres, Fidel se convirtió en su roca. Pedro Carrasco falleció en 2001 y Rocío Jurado, en 2006, dos momentos que marcaron a Rocío que tomó la decisión, tras la muerte de la gran artista, de apartarse de la atención pública y dedicarse a su familia con Fidel a su lado.
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Sin embargo, el pasado 2014 decidió retomar su trabajo en televisión y se unió al plantel de presentadoras de Hable con ellas y después a un nuevo proyecto, Cámbiame Premium, dos espacios que han marcado su regreso a la primera línea de la tele. Tiene además algunos proyectos en teatro. Fidel por su parte se ha convertido en un empresario de éxito al frente de una sociedad de promoción, representación y explotación de derechos de imagen.
A pesar de que su presencia en eventos públicos ha ido aumentando, Rocío sigue manteniéndose ajena a los comentarios acerca de la relación que mantiene con su familia y con su exmarido Antonio David. Este hizo hace unos meses unas duras declaraciones sobre el hecho de que su hija Rocío se marchara a vivir con él hace dos años, palabras ante las que Rocío aseguró que no iba a responder. Tampoco habla cuando sus tíos o su hermana Gloria señalan que no mantienen con ella ninguna relación.
Durante estos 15 años, ajenos a dimes y diretes, Fidel y Rocío se han mantenido unidos, apoyándose el uno al otro, viviendo su vida. Una vida que la próxima primavera quedará atada por un vínculo nuevo, una ansiada boda que por fín está marcada en el calendario.
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