Hace 50 años los Beatles vinieron por primera vez a España, así te lo contó ¡HOLA!

La banda visitó Madrid y Barcelona en julio del año 1965

Por hola.com

Hace cincuenta años desde que uno de los míticos grupos de música de la era pop pasara por España. Los británicos The Beatles trajeron esas canciones que triunfaban en medio mundo a nuestro país en dos conciertos que se organizaron en Madrid y Barcelona, en los que los fans incondicionales de la banda se desgañitaron.

La revista ¡HOLA! se hizo eco de la llegada de los músicos al aeropuerto de Barajas el día 1 de julio, procedentes de Niza, en un vuelo de Air France. En el hotel -se hospedaron en el hotel Gran Meliá Fénix, en la calle Hermosilla, donde ocuparon las habitaciones 123, 223, 323 y 423, que hoy llevan el nombre de cada uno de los cuatro músicos-, las Bodegas Domecq hicieron una pequeña réplica de sus instalaciones en uno de los salones del hotel donde el alcalde de Jerez, duque de Primo de Rivera, y el teniente alcalde don Beltrán Domecq les ofrecieron un vino. Dejándose guiar además por las tradiciones de nuestro país en esta recepción, bailaron sevillanas, bebieron en un catavinos y estamparon su firma en uno de los barriles. Esa noche, acudieron además a un tablao flamenco acompañados del periodista Alfredo Amestoy.

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Al día siguiente, el 2 de julio fue su primer concierto en la plaza de Las Ventas, hoy sede habitual de conciertos de todo tipo, en la que se estimaba había unas 10.000 personas. Tras los teloneros Pekenines, los británicos cantaron temas tan conocidos por sus seguidores como Twist and shout, Long tall Sally, She’s a woman, I’m a looser, Can’t buy me love, Baby’s in black, Wanna be your man, A hard day’s night, Everybody’s trying to be my baby, Rock & roll music, I feel fine y Ticket to ride. Sin embargo no hubo los tradicionales bises que rematan los conciertos y, tal y como se indica en las páginas de ¡HOLA!, “pasaron sin pena ni gloria”.

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Unas 25.000 personas llenaron la Monumental de Barcelona un día después, el 3 de julio, una ciudad a la que John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison llegaron tocados con monteras de torero, dispuestos a "lidiar" por segunda vez con sus fans. No obstante, tal y como señalaba la revista, de nuevo no hubo bises y "no mostraron el entusiasmo que esperaba el público".

Se cumplen estos días 50 años desde aquellos cuatro días de julio que marcaron un antes y un después en la "beatlemanía" en España. Será recordado este momento con dos conciertos de The Bootleg Beatles, banda tributo a los Beatles, en Las Ventas en Madrid (los teloneros volverá a ser Pekenines) y en el Sant Jordi Club, en Barcelona (la Monumental está cerrada), con los teloneros también de 1965, Los Sirex. Las entradas cuestan entre 25 y 45 euros. ¡Qué lejos quedan aquellas 400 pesetas de 1965!

El Gobierno no lo vio con buenos ojos
Especial mención merece el contexto histórico en el que se enmarcó su visita por aquel entonces. Nuestro país atravesaba un momento de cambios y de apertura exterior, pero el Gobierno franquista no vio con buenos ojos la presencia de la banda briánica en nuestro país "ni por lo que representan ni por las multitudes que convocan". Así se refería a ellos el NO-DO, que hablaba de su viaje y de cómo fue el recibimiento de su público español en una nota: "El alto precio de las entradas, entre 75 y 450 pesetas, y las fuertes medidas policiales anunciadas, desalientan a muchos. La prensa oficial lo destaca con sorna. La recepción que se les hace en Madrid no es apoteósica, pero en el aeropuerto se ha concentrado una juventud curiosa y alegre. (...) La actuación musical está anunciada en la plaza de toros donde salta a la vista que no hay un lleno. Junto al bullidor elemento joven hay también familias tranquilas y señores con barba, representantes del servicio doméstico, y muchachas nerviosas, las llamadas fans. Y en el estribo de la barrera, la familia completa con el nene (...) Por fin salen los melenudos al tablado (...) Los Beatles pasaron por Madrid sin demasiada pena ni demasiada gloria". Y es que estos cuatro "melenudos" eran demasiado modernos y rompedores para una España que todavía estaba en proceso de cambio.