Todos los días hacen una coreografía inicial en la que el equipo baila un movido tema, en este caso desde hace algunas semanas el elegido es Funky Town de Bruno Mars. Suelen aparecer los colaboradores y algunos de los que trabajan entre bambalinas que hacen así su pequeña aparición al inicio del espacio. El Hormiguero arranca así con una sonrisa que luego continúa con divertidas bromas y pruebas de lo más originales, para deleitar a los invitados y al público que ve el programa.
Pero una cara conocida no habitual en este espacio se coló ayer en el baile inicial junto al resto del equipo. Eugenia Martínez de Irujo apareció, la señalaban divertidos, con los pasos bien aprendidos y se unió a este baile. Pero ¿qué hacía allí si el invitado de la noche era Pablo Alborán?
Eugenia ha ido retomando sus compromisos poco a poco tras la muerte de su madre, recuperando su rutina y mostrando de nuevo su sonrisa, más cuando se trata de poner su granito de arena para ayudar a los que atraviesan un momento complicado, los niños que tienen alguna enfermedad.
De hecho su presencia en el programa tenía mucho que ver con la labor que desarrolla en colaboración con la Fundación Pequeño Deseo. La fundación trata de cumplir los sueños de los niños con alguna dolencia y precisamente el sueño de Marta era conocer a su artista favorito: Pablo Alborán. Ella pudo pasar un rato con su ídolo en el backstage y se llevó de recuerdo una camiseta firmada por él. Un momento que no olvidará fácilmente y que seguro emocionó a todos los presentes.