En los últimos meses la relación de Kiko Rivera y su expareja y madre de su hijo, Jessica Bueno, parecía haber mejorado por el bien del pequeño Francisco, aunque seguía pendiente el tema de su custodia y hoy han vuelto a verse las caras en el juzgado. El hijo de Isabel Pantoja llegaba por la mañana, desde Sevilla, al Palacio de Justicia de San Sebastián, acompañado por su prometida, Irene Rosales, con quien espera un hijo, que llevaba al pequeño Francisco en brazos.
Por su parte, Jessica Bueno ha estado acompañada por su pareja y futuro marido, con quien contraerá matrimonio el próximo 6 de julio en Marbella, el futbolista Jota Peleteiro. Al parecer, la modelo sevillana querría la custodia completa de Francisco. Hasta entonces los dos han estado cumpliendo las medidas provisionales dictaminadas por el juez en noviembre de 2013, por las cuales tenían la custodia compartida, a la espera de un juicio definitivo cuando el niño fuera más mayor y ese juicio llega ahora. Hoy han tenido una vista y ha visto al equipo psicosocial judicial para valorar si la custodia del menor, que cumplirá tres años en noviembre, debe seguir siendo compartida o por el contrario tiene que modificarse.
Tras horas después de entrar en el juzgado, en torno a las dos de la tarde, Kiko salía de la puerta principal del juzgado con Irene y su hijo y con gesto serio guardaba silencio sobre lo que había ocurrido en el interior. Por su parte, Jessica y Jota abandonaron el edificio por la puerta trasera, también sin hacer declaraciones. La vista ha tenido lugar en San Sebastián, ya que los trámites por la custodia se iniciaron cabo el año pasado en el Juzgado de Eibar, donde por entonces residía Jessica con Jota.
El pasado mes de septiembre, tras enterarse de que Jota Peleteiro había fichado por el equipo londinense Brentford, Kiko interpuso una reclamación en el juzgado de familia de Sevilla, para determinar que Jessica ya no vivía en Eibar y que, por tanto, existía la posibilidad de que se llevara a vivir a su hijo a Londres. Ahora en este nuevo juicio, se determinará si la custodia sigue como hasta ahora o si, por el contrario, Francisco pasaría a vivir con su madre en Londres, o con su padre en Sevilla.