Cayetano Martínez de Irujo ha vivido meses de intenso dolor por el fallecimiento de su madre, la duquesa de Alba. Sin embargo, ha sabido sobreponerse y ahora afronta con gran serenidad esta nueva etapa de su vida. El jinete acaba de cumplir 52 años y ha confesado que se encuentra en un buen momento personal. “La muerte de mi madre ha marcado un antes y un después muy severo, ha cambiado todo para mí. Es ahora cuando empiezo a reubicarme y me veo bien”, ha dicho durante la presentación de una nueva edición del Concurso de Saltos Internacional de Madrid.
Aunque se acuerda mucho de su madre y la echa mucho de menos, Cayetano ha asegurado que la magnífica relación que mantenía con ella en vida ha sido clave a la hora de superar el duelo de su pérdida. “Me acuerdo mucho de ella. Tuve una relación con mi madre excepcional durante toda la vida pero, sobre todo, durante los últimos cinco años. Eso me ha ayudado a despedirla bien, con la tristeza normal, pero sin haberme quedado nada dentro, aunque la echo mucho de menos”, ha manifestado.
Cayetano también ha pedido a la prensa respeto para él y sus hermanos, en alusión a la polémica surgida en torno a la nueva gestión del patrimonio de la Casa de Alba. “Nos gustaría que nos respetaran como familia. Es normal que tengamos repercusión porque mi madre la tuvo y parece que se ha proyectado en nosotros, pero de ahí a buscar tres pies al gato no es necesario”, ha expresado en tono muy serio.
El jinete, sin embargo, ha mostrado su faceta más tierna al hablar de sus hijos, Luis y Amina, los mellizos que tuvo con Genoveva Casanova, y que han heredado su pasión por la hípica. “Mi hija monta a caballo para divertirse y Luis se lo ha tomado un poquito más en serio. Ha participado en un par de concursos conmigo y la verdad es que me hace mucha ilusión ir con él”, ha dicho.
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