Mundo singular
Esta libélula... ¡no es real!
Sólo pesa 175 gramos y es capaz de mantenerse flotando, como hace la libélula, el animal al que simula en su entorno natural. También puede volar hacia adelante, hacia atrás, desplazarse lateralmente e incluso deslizarse sin mover las alas. En definitiva, una maravilla electrónica que realiza los movimientos de un avión, un helicóptero y un planeador en un solo aparato. Lo que lo hace ideal para "misiones" en zonas de difícil acceso. Y todo esto gracias a sus cuatro alas, que funcionan de forma independiente, construidas en fibra de carbono, poliéster y aluminio, y que son capaces de realizar 20 batidas por segundo. En total, nueve motores contribuyen al movimiento de este dron en el que la cola y la cabeza también dan impulso, como en el entorno natural.