Este lunes 23 de marzo se cumplía el primer aniversario del fallecimiento de Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia española. Su figura ha sido recordada por su nietos Alejandra –actual duquesa de Suárez- y Fernando Romero y algunos de sus colaboradores más íntimos con un emotivo homenaje celebrado en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Madrid, que preside Benigno Pendás, y la Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición.
Alejandra Romero, que heredó el título que llevó orgulloso su abuelo desde 1981, año en que le fue concedido por el Rey, estuvo acompañada por su padre, Fernando, viudo de Mariam Suárez, su hermano y sus tíos Ricardo y José María Suárez, hermanos de quien fuera presidente del Gobierno. La duquesa de Suárez, de 25 años, es abogada y quienes la conocen destacan de ella su discreción y mano izquierda. Pertenece a la Asociación para la Defensa de la Transición, entidad que lleva trabajando desde 2007 para dar a conocer la Transición española y hacer respetar la Constitución, así como el reconocimiento a la figura de Adolfo Suárez como gran artífice de aquel proceso político.
Un año después del fallecimiento de Adolfo Suárez, antiguos colaboradores suyos han homenajeado el expresidente del Gobierno y han subrayado de nuevo su papel en la Transición española y han subrayado que era "el hombre adecuado en el momento oportuno".
De ese modo se refería a Suárez el exjefe de los servicios secretos durante su mandato, Andrés Cassinello, quien participó en el acto organizado por la Asociación para la Defensa de la Transición junto al ex jefe de Gabinete Alberto Aza y al que fuera responsable de Comunicación del Gobierno, Fernando Ónega. Los tres dialogaron sobre los principales acontecimientos que determinaron la historia reciente de España, como la aprobación de la Ley de Reforma Política, la legalización del PCE, los Pactos de la Moncloa, el regreso a España de Josep Tarradellas o la aprobación de la Constitución y el diseño del Estado de las Autonomías, además de sus relaciones con el rey Juan Carlos y del 23-F.
Aza subrayaba su papel "decisivo" y su influencia en ese proceso negociador que desembocó en la aprobación de la Constitución, si bien admitía que "probablemente no estaría satisfecho" de cómo se ha desarrollado el Estado autonómico. Y opinó que Suárez podría haber aportado mucho para resolver ese "juego" entre los nacionalismos excluyentes y el "nacionalismo español".
Para Cassinnello, la Ley de Reforma Política fue el momento más relevante de su acción política, porque "fue el principio de todo", el "acto casi fundacional de la Transición", y Suárez "la hizo suya", fue "el director de orquesta". Recalcaba que en esos momentos "lo más fácil es que nos hubiéramos liado a mamporrazos" y no fue así gracias, en buena medida, al trabajo de Suárez, que "hizo la paz".
Alberto Aza reconocía que "es posible" que el Rey y Suárez pudieran tener algún "distanciamiento", pero subrayó que en todo momento su relación fue leal y que el presidente del Gobierno siempre actuó con la convicción de que todos los éxitos del Ejecutivo debían atribuirse a la Corona y los fallos de la Corona al Gobierno.
Al homenaje en memoria de Suárez asistieron también, entre otros, la defensora del Pueblo, Soledad Becerril, o el exministro Rodolfo Martín Villa. Los grandes ausentes fueron los hijos del que fuera primer presidente del Gobierno, que ya anunciaron hace unos días que no iban a asistir a ninguno de los homenajes que se le iban a realizar a su progenitor, pues quieren que él sea el verdadero protagonista de esos actos en su honor.