Momento de angustia el que tuvo que vivir la fotógrafa australiana Bobby-Jo Cloe durante su estancia en el parque nacional del Serengeti, en Tanzania. Participaba junto a su hermano en un safari, cuando un joven guepardo se lanzó hacia el vehículo todoterreno. Ambos se estremecieron, mientras el guepardo se acercaba sigilosamente a la cara de la joven y le olisqueaba el pelo. Ella se mantuvo inmóvil, a centímetros de los colmillos del felino. En plena situación de tensión, con el animal salvaje metiendo la cabeza a través del techo solar, la fotógrafa tuvo la sangre fría de hacerse un 'selfie'. Afortunadamente, una llamada de la madre del guepardo desvió la atención de éste. La tensión desapareció del rostro de los protagonistas cuando el animal se fue por donde había venido.