El pasado 5 de diciembre fallecía en Bélgica la reina Fabiola, a la que se rindieron todos los honores, pues era muy querida en el país. Un mes y medio después, ha tenido lugar en la parroquia de Santa Bárbara en Madrid un funeral por el eterno descanso de la española que reinó en Bélgica.
A la entrada del templo se encontraba Blanca Escrivá de Romaní, marquesa de Ahumada, sobrina de la reina Fabiola. Ella fue una de las personas que participó en el funeral celebrado en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, en Bruselas, donde se cantó una salve rociera. El funeral en la capital ha sido mucho más sencillo, con la presencia de algunos familiares y amigos, y destacó la presencia del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
A la misa asistió Alfonso Diez, a quien vimos llegar acompañado por una pareja de amigos. El viudo de la Duquesa de Alba, que ha regresado de nuevo a Madrid tras abandonar definitivamente el Palacio de Dueñas, donde vivió los mejores y peores momentos juntos a su esposa, fallecida el pasado noviembre.
Alfonso, que a su llegada a la parroquia confesó con un “sí” echar de menos a quien fue su mujer, declaró no saber si se instalará definitivamente en Madrid. El funcionario se debate entre trasladarse a la casa que doña Cayetana le regaló en Sanlúcar de Barrameda o vender el inmueble. Pese a que, tras el fallecimiento de su mujer, tuvo la firme convicción de instalarse en la población gaditana, donde veranea desde niño y el lugar donde tiene amistades, ahora sopesa la posibilidad de poner en venta la vivienda.