“Enrique Solís es simpático, guapo y lo pasamos genial juntos, pero, por ahora, solo hay una buena amistad”. Esta frase -mil veces repetida por Tamara Falcó ante la insistencia de atribuir una relación sentimental a la hija Isabel Preysler y el marqués de Griñón- deja claro que él es un buen amigo, sin más. Sin embargo, a pesar de que su nombre cada día suena más en el panorama social, poco se conoce de la vida de este joven... ¿Quién es Enrique de Solís Tello?
Este chico es el pequeño de los cuatro hijos que tuvo el matrimonio formado por Miguel Ángel Solís, el marqués de la Motilla, y Carmen Tello. Se crió en su Sevilla natal -junto a sus hermanos Fernando, Carmen y Miguel Ángel - donde estudió en el colegio de Fomento Tabladilla y en donde su familia paterna posee un maravilloso palacio en la calle Cuna. A diferencia de sus hermanos mayores varones, Enrique no posee título nobiliario. Su hermano mayor, Fernando, es el futuro marqués de la Motilla, y Miguel Ángel es marqués de Valencina.
Después de estudiar Dirección y Administración de Empresas, Enrique Solís puso rumbo a Nueva York para hacer un periodo de prácticas en la empresa Porcelanosa, casa con la que ha mantenido desde entonces una buena relación. Incluso el sevillano participó en uno de los eventos más importantes que la firma española ha celebrado últimamente: la gran cena de gala que se organizó en el palacio de Windsor, con el príncipe de Gales como anfitrión y en la que estaban presentes Isabel Preysler y sus hijas, entre otras muchas personalidades.
A sus 24 años, Enrique tiene un prometedor futuro empresarial en el sector de la hostelería, ya que, junto a sus cuatro hermanos, ha abierto dos hoteles en Madrid. Uno de ellos contó con la presencia de Tamara Falcó para la inauguración. Además, próximamente abrirán otros en Valencia, Barcelona y Sevilla, este último estará situado en un edificio del siglo XVI propiedad de la familia Solís, situado la calle Conde de Torrejón, en pleno centro sevillano. Pero la visión empresarial de los hermanos Solís Tello no termina en España, puesto que tienen proyectado expandir su negocio al extranjero, comenzando por un hotel en Londres.
Debido a sus raíces, a que gran parte de su familia reside allí y a sus negocios, Enrique vive a caballo entre Sevilla y Madrid. Sin embargo, esto no es un impedimento a la hora de dedicar tiempo a sus amigos –entre los que se encuentran sus primos, hijos de su tía Matilde Solís y el duque de Huéscar- y a sus aficiones. El hijo pequeño de Carmen Tello es un apasionado de la caza mayor, por lo que cada vez que su trabajo se lo permite participa en monterías. Además le gusta la velocidad y la filantropía a partes iguales, ya que participa en un conocido rally solidario y en otras actividades con fines benéficos.
Como dice Tamara Falcó, “para ver que es un chico guapo, sólo hace falta tener ojos”. Enrique Solís tiene un atractivo muy de dandi: una barba que resalta una amplia sonrisa, un estilo de vestir cuidado y unas maneras propias de todo un caballero.