Nelson Mandela descansa en su hogar
El ex presidente de Sudáfrica ha sido enterrado en Qunu tras un funeral de Estado al que asistieron el príncipe Carlos y Alberto de Mónaco
Nelson Mandela fue enterrado este domingo a las 12.45 hora local (10.45 GMT) en la aldea de Qunu (sureste de Sudáfrica), tras un funeral de Estado al que asistieron cerca de 5.000 personas, entre ellas el príncipe Carlos, Alberto de Mónaco, Oprah Winfrey y Richard Branson. El expresidente de Sudáfrica recibió sepultura en estricta intimidad, acompañado únicamente por su familia, sus amigos más cercanos y algunos invitados.
El entierro se produjo tras la conclusión del funeral, cuando el féretro de Madiba, cubierto con una bandera sudafricana, fue porteado en procesión por militares de alto rango, blancos y negros, en un ejemplo más del resultado de su vida. Lo condujeron hacia la ladera de una pequeña colina situada en la finca de Mandela, en las mismas tierras en las que pasó su infancia, y el lugar que siempre consideró su hogar. Allí aguardaba con tristeza su familia, encabezada por su viuda, Graça Machel y su exesposa Winnie Mandela, esta vez sí, para dar su verdadero último adiós.
Depositado el féretro sobre la tumba, sonaron salvas disparadas por cañones y una formación de aviones de combate sobrevoló la zona, seguida de tres helicópteros de los que pendía gigantescas banderas nacionales. El silencio llegó hasta la sala de prensa, donde centenares de periodistas callaron para seguir el último camino de Mandela sobre la Tierra. En la ladera, un capellán militar agradeció en una breve oración, "la vida de Madiba", que definió como un "verdadero camino hacia la libertad".
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El entierro se produjo tras la conclusión del funeral, cuando el féretro de Madiba, cubierto con una bandera sudafricana, fue porteado en procesión por militares de alto rango, blancos y negros, en un ejemplo más del resultado de su vida. Lo condujeron hacia la ladera de una pequeña colina situada en la finca de Mandela, en las mismas tierras en las que pasó su infancia, y el lugar que siempre consideró su hogar. Allí aguardaba con tristeza su familia, encabezada por su viuda, Graça Machel y su exesposa Winnie Mandela, esta vez sí, para dar su verdadero último adiós.
Depositado el féretro sobre la tumba, sonaron salvas disparadas por cañones y una formación de aviones de combate sobrevoló la zona, seguida de tres helicópteros de los que pendía gigantescas banderas nacionales. El silencio llegó hasta la sala de prensa, donde centenares de periodistas callaron para seguir el último camino de Mandela sobre la Tierra. En la ladera, un capellán militar agradeció en una breve oración, "la vida de Madiba", que definió como un "verdadero camino hacia la libertad".