En imágenes: Audrey Hepburn, 20 años sin la heroína romántica
Cuesta pensar que una de las mujeres más adoradas por el público durante generaciones tuviera tan mala suerte en el amor. Heroína romántica en la pantalla, tuvo una vida llena de carencias afectivas que solo suplió, finalmente, como embajadora de Unicef
Cinco nominaciones al Oscar... y cinco abortos. Dos estatuillas... y dos matrimonios fallidos. Audrey Hepburn, probablemente el icono del cine clásico más perdurable junto a Marilyn Monroe, activó en la audiencia algo que ella echó de menos desde niña: el cariño y la adoración. Musa de Givenchy en la moda, de Stanley Donen, Billy Wilder, George Cukor o Blake Edwards en la pantalla... pero rechazada por Albert Finney y Ben Gazzara fuera de ella. Su belleza era más etérea que sexy y sin el aura del glamour de películas como Vacaciones en Roma o Desayuno con diamantes, Audrey se sentía desvalida. En los registros oficiales, dos matrimonios: uno con Mel Ferrer, notablemente mayor que ella y de un físico poco agraciado, y otro con el aristócrata y neuropsiquiatra italiano Andrea Dotti. Con el primero sustituyó el verdadero amor por la admiración profesional. Con el segundo, por la "dolce vita". Con ellos tuvo sus dos hijos, Sean y Luca, otra de sus obsesiones, pues por esterilidad había descartado a algunos de sus amantes más apasionados, como William Holden o Robert Anderson. La delicadeza deslumbrante de Audrey Hepburn en la pantalla tenía un envés mucho más preocupante en la vida real. Y así, marcada por el rodaje de Historia de una monja, acabó entregándose a las causas humanitarias.