Rocco, el hijo de Madonna y Guy Ritchie, un bailarín más en el concierto de su madre en Tel Aviv
Madonna hizo ayer bailar sin descanso al mundo terrenal y al celestial durante la inauguración de su nueva gira MDNA Tour, en Tel Aviv, Israel. Madonna, que se hizo esperar durante 45 minutos, no defraudó a su público, más de 30.000 personas que vibraron con el gran derroche de energía de la auténtica reina del pop. Vestuarios y más vestuarios, hasta en 7 ocasiones Madonna se cambió de ropa para emular a Juana de Arco, disfrazarse de majorette o ponerse su atuendo más sexy, todo ello gracias a firmas como Jean Paul Gaultier, Jeremy Scott, y, por supuesto, la suya, Truth or Dare.
Luciendo sus tonificados brazos, esos que ha conseguido a base de gimnasio, Madonna no dudó en hacer una larga intervención en favor de la paz en Oriente Medio y comprimiendo su voz y su espectáculo en dos grandes ideas, lo profano y lo divino, y dos religiones, judaísmo y cristianismo, Madonna entonó su particular cantó de paz.
"Elegí empezar mi gira mundial en Israel por una razón muy especial y específica. Todos los conflictos que ha habido desde hace miles de años en Oriente Medio tienen que acabar (...) Todos somos seres humanos, seamos judíos, cristianos, musulmanes, budistas, ateos, homosexuales, heterosexuales... Todos queremos amar y ser amados". "Es fácil decir 'quiero la paz en el mundo', pero otra cosa es hacerlo. Si logramos pasar por encima de nuestros países y nuestras religiones y tratar a todos los seres humanos a nuestro alrededor con dignidad y respeto, estaremos en el camino de la paz. Empezad hoy, todos y cada uno de vosotros, vosotros sois el futuro. Y si hay paz en Oriente Medio puede haberla en todo el mundo. Por favor, recordadlo", sentenció antes de volver a iluminar la noche con su show.
La reina del pop, que en su concierto de 2009 declaró su amor a Israel envuelta en una bandera del país, donó 580 entradas a los miembros de los campamentos de paz israelíes y palestinos, aunque no todo el mundo aceptó la generosa donación.
El escenario, con dos grandes pantallas, tenía una sección en forma de diamante que le permitía acercarse a sus fans más madrugadores y hasta lanzarles la camisa para quedarse en sujetador y entonar de rodillas una bonita versión en balada de Like a virgin, con sólo voz y piano.
Pero lo más significativo de la noche fue la presencia de su hijo Rocco en el escenario. Mezclado entre los bailarines, el hijo de Madonna y Guy Ritchie siguió los pasos de su madre cambiándose de vestuario al ritmo de la música. Su primera aparición la hizo interpretando a un dj, con ropa brillante y unos enormes cascos, después como un encapuchado y más tarde como un monje. Está claro que Rocco se lo pasó en grande y que su madre estaba encantada de que estuviera en el escenario.
Sus otros dos hijos, Mercy y David también han sido vistos estos días en Israel, disfrutando de la tranquilidad de sus playas, así como su novio el bailarín Brahim Zaibat, de 24 años, quien también acompañó a la reina del pop en el escenario.
Su siguiente estación será Abu Dhabi. MDNA llevará su gira de promoción a una treintena de países, entre ellos España (dos conciertos en Barcelona en junio), México,Colombia, Chile y Brasil, en noviembre y diciembre, hasta concluir a principios de 2013 enAustralia, donde lleva veinte años sin actuar.