Eva Ekvall fue Miss Venezuela en el año 2000 pero un cáncer cambió su vida, y ahora cuestiona la utilización de la salud como medio para lograr la belleza y no para prevenir y curar enfermedades, en un país volcado a este tipo de concursos.
Ekvall ya no luce la melena morena que le vio coronarse como la mujer más guapa de Venezuela, y prefiere llevar el pelo corto, en recuerdo permanente del cáncer de mama que acaba de superar. Y es que la modelo, de 28 años y hoy presentadora de televisión, libra su propia cruzada para sensibilizar sobre esta enfermedad, que afecta a miles de mujeres en todo el mundo, y que ha recogido en un libro recopilatorio de los correos y mensajes que recibió durante su tratamiento.
En Venezuela "se invierte mucho dinero en verse bella y no en salud", considera la modelo, en declaraciones a la agencia Efe, y ahora está volcada en una nueva misión: la prevención en salud como otra forma "de cuidarse físicamente", porque "si estás enferma -asevera Ekvall- no te vas a ver bella".
La salud por delante de la belleza
A los 27 años, Ekvall recibió la mala noticia y hoy, una vez ganada la batalla, sólo lamenta no haber acudido con más antelación a una revisión médica. Acompañada por los suyos, su familia y sus amigos, la modelo quiere ayudar a otras muchas mujeres que se encuentren en una situación parecida.
Sin dejar de lado el cuidado de la imagen, ahora la modelo se ha volcado en difundir las precauciones necesarias y la importancia de diagnosticarlo a tiempo."Todas las mujeres, en cierto modo, sí le damos importancia al físico, pero para mí era una cuestión de sobrevivir y ya eso no era importante", asegura la modelo.
Ekvall colabora como portavoz de la asociación Senos Ayuda, una organización venezolana destinada a dar apoyo a víctimas del cáncer de mama e informar para prevenirlo en las mujeres venezolanas. Precisamente, fue esta organización la que propuso a Ekvall documentar el proceso de su enfermedad con las fotos del fotógrafo venezolano Roberto Mata y que, hoy, se han convertido, junto a los correos que la modelo envió a sus familiares, en el libro "Fuera de Foco".
En la mayoría de los textos que aparecen en el libro, Ekvall muestra que no quiso "dramas de ningún tipo" y considera que los que más sufren en estos casos son los familiares. Sin embargo, la modelo también vivió momentos difíciles, y recuerda especialmente no poder tomar en brazos a su hija en su primer cumpleaños, al poco tiempo de someterse a la mastectomía.
Eso sí, durante su tratamiento descubrió la generosidad de muchas personas y con este libro quiere agradecer los gestos de cariño de todos aquellos anónimos que, incluso, "se cortaron su cola (coleta) y la donaron" como seña de solidaridad.
La modelo espera que su libro sirva para sensibilizar a mujeres que se pueden plantear hacerse un implante, en un país en que ese tipo de cirugía es corriente, sin pretender que dejen de hacerlo."Lo bueno es que el médico, si es profesional, antes tiene que hacerte una mamografía", agrega Ekvall.