El conocido domador y empresario de circo Ángel Cristo, de 65 años, falleció a las 00:30 de la madrugada del lunes en Madrid, según informaron los familiares en un breve comunicado.
Sus hijos, Ángel y Sofía, indicaron que su padre había sido ingresado una hora antes del fallecimiento en las urgencias del Hospital Universitario de Alcorcón y que falleció, según el parte médico, a causa de un paro cardiaco.
Los restos mortales de Ángel Cristo recibirán sepultura el miércoles en el cementerio de La Almudena. Bárbara Rey acompañaba a su hija Sofía hasta el tanatorio de Alcorcón, donde fue trasladado el cuerpo de Ángel. Sofía, entre lágrimas y muy afectada, comentaba: "Haremos una misa sólo para la familia y a las doce y cuarto saldremos en dirección al cementerio de La Almudena".
Durante los últimos años la salud del popular domador se había resentido en numerosas ocasiones, pero fue anoche cuando su corazón se apagó tras sufrir hasta tres paradas cardiorespiratorias.
Nada más conocer lo sucedido, pues Ángel falleció tan solo una hora después de ingresar en estado grave en el hospital de Alcorcón, sus dos hijos y su ex mujer Bárbara Rey, con la que se casó en 1980 y se divorció en 1988, comunicaron a las puertas del centro médico el fatal desenlace. Muy afectados por la muerte del domador, los hijos abandonaban el hospital sin poder contener las lágrimas. Él único que ha sacado fuerzas para hablar ha sido uno de los sobrinos del fallecido, que ha declarado: "Esto se veía venir pero ha sido un mazazo para todos". Su sobrino, José Miguel Garrido Cristo, ha confirmado que el domador empezó a encontrarse mal cuando regresaba a Madrid desde Jaén. De hecho, Ángel Cristo tenía previsto trabajar el próximo fin de semana en Jaén. Su sobrino ha querido salir al paso de especulaciones y ha afirmado que el informe toxicológico que se le ha practicado "no demuestran ningún tipo de sustancia así que lo que nos decía últimamente de que no estaba consumiendo es la verdad".
Una vida entre leones
Ángel Cristo nació en Huelva en 1944. Hijo de la contorsionista Margarita Dordi, y del trapecista griego Christoforo Cristo Papadopolus, debutó en 1966 en el circo para ver todos sus esfuerzos reconocidos en 1986, año en el que recibe la Medalla de Oro del Festival Internacional del Circo. Entregado por vocación a la doma, Ángel creció rodeado de leones, tigre y elefantes, que en ocasiones solo le dieron satisfacciones y en otras se cobraron algún hueso roto.
Cuatro años después de su debut, Ángel decidió poner toda la carne en el asador y aplicó todos sus conocimientos adquiridos hasta el momento para convertirse en empresario. Cristo adquirió un pequeño circo al que con el paso del tiempo dio forma y convirtió en el en el Circo Ruso, un gran espacio de recreo con cerca de 300 trabajadores. Las cosas le marchaban bien, y quitando algunos accidentes laborales, el más grave de ellos el del 29 de julio de 1990 al ser atacado por tres leones y un tigre que se le abalanzaron y le produjeron heridas en el cuello, tronco y extremidades, así como fractura de seis costillas y el ocurrido en 1984 al atacarle los mismos animales de nuevo, Cristo siempre salía adelante y volvía a su vida, a su circo.
Pero las cosas se empezaron a poner feas en la década de los 90, pues entre los años 1991 y 1994, Ángel Cristo fue el protagonista de varias denuncias, la primera de ellas por supuesto maltrato a sus animales y la segunda, a raíz de la utilización de un bebé y dos niños en un número con elefantes. Por esta última, el domador fue condenado al pago de una multa de dos millones de las antiguas pesetas.
El éxito comenzó a hacer mella en su persona y escogió el camino equivocado siendo ingresado de urgencia el 20 de mayo de 1995 en el hospital gaditano de Puerto Real debido a una importante ingesta de barbitúricos. Su vida se tambaleaba y los problemas se iban sucediendo, a sus dificultades económicas se unió el final de su relación sentimental con su socia y trapecista Angélica. Un mes después, el 16 de abril fue de nuevo hospitalizado al resultar herido grave en un accidente de tráfico en Osuna (Sevilla). Se vio envuelto en un nuevo escándalo en agosto de 1995 cuando presentó una denuncia contra un socio italiano al que acusó de agresión con arma blanca y todo ello por un ‘ajuste de cuentas’.
Pero si su situación económica no era buena a finales de los 90, pues vio como su circo entraba en un embargo, los comienzos del año 2000 no fueron mejores y en octubre de 2000, la Comunidad de Madrid le impuso una multa de más de 2.000 euros por infracción de la Ley de Protección de Animales al ser acusado de abandonar a cinco leones y un tigre.
Para pedir tanto la devolución de su circo como de sus fieras, en junio de 2001 realizó una huelga de hambre de seis días en Madrid. Su etapa circense se quedaba atrás y una fuerte depresión se adueñaba de él, ingresando en el año 2003 en un centro de rehabilitación. Su último ingreso hospitalario se produjo en el año 2004 tras ser intervenido de urgencia de una perforación duodenal severa. Pero a pesar de su vida de luces y sombras siempre nos quedará en la memoria su gran valentía y su buen hacer bajo la carpa del circo.